Natalia y la defensa del planeta de los monstruos
Natalia estaba emocionada de pasar un día en el parque de diversiones con sus padres. Subieron a las atracciones más divertidas y comieron algodón de azúcar mientras reían juntos. Pero de repente, algo extraño comenzó a suceder.
Un rugido retumbante se escuchó a lo lejos y cuando Natalia miró hacia arriba, vio monstruos y bichos gigantes acercándose al parque. - ¡Mamá, papá, miren eso! ¡Son enormes! -exclamó Natalia señalando a las criaturas que se acercaban.
Sus padres no podían creer lo que veían. Rápidamente tomaron la mano de Natalia y comenzaron a correr entre la multitud asustada. Los monstruos estaban causando caos por todo el parque y parecía que nadie sabía qué hacer.
- Tenemos que encontrar una forma de salir de aquí, ¡rápido! -dijo el papá de Natalia mientras buscaba una salida segura. Corrieron por pasillos oscuros y atravesaron laberintos hasta llegar a la salida del parque.
Afuera, se encontraron con un mundo lleno de nichos y moustros que nunca habían visto antes. - ¿Qué vamos a hacer ahora? -preguntó preocupada la mamá de Natalia. Natalia miró a sus padres con determinación en los ojos.
Sabía que debían encontrar una manera de salvar el mundo de estas criaturas malvadas. - Escuché decir una vez que en otro país hay un lugar seguro donde podemos estar a salvo. Debemos ir allí y buscar ayuda para detener a estos monstruos -dijo Natalia valientemente.
Sin dudarlo, la familia se embarcó en un viaje hacia ese país desconocido. En el camino, tuvieron que enfrentarse a desafíos como cruzar ríos turbulentos, escalar montañas empinadas y esquivar ataques sorpresa de los nichos y moustros.
Pero juntos, con ingenio e trabajo en equipo lograron superar cada obstáculo en su camino hacia la seguridad prometida del otro país. Finalmente llegaron al destino final donde fueron recibidos por personas amables dispuestas a ayudarlos.
- ¡Gracias por traernos aquí! ¿Cómo podemos detener a los monstruos que invadieron nuestro mundo? -preguntó el papá de Natalia al líder del lugar. El líder les explicó que los monstruos eran producto de la falta de amor y cuidado hacia el medio ambiente.
Les enseñó cómo reciclar, plantar árboles y proteger la naturaleza para mantener alejadas esas criaturas malignas. Natalia y su familia aprendieron la importancia del respeto por la tierra y todos los seres vivos que habitan en ella.
Regresaron a su hogar decididos a difundir ese mensaje para salvar su propio mundo del peligro inminente.
Y así fue como gracias al coraje y determinación de una niña llamada Natalia junto con sus valientes padres lograron no solo salvarse ellos mismos sino también contribuir positivamente para salvar el mundo entero.
FIN.