Navideño en el Planeta de las Estrellas
En un pequeño rincón del universo, donde los cometas danzaban como luces de navidad, se encontraba el Planeta de las Estrellas. Cada año, en la época navideña, los habitantes de este planeta, llamados Estrellitos, se preparaban para la gran celebración del ‘Festival de las Estrellas’. Pero este año era especial, ya que un joven Estrellito llamado Capo tenía un sueño: quería hacer el festival más grande y brillante que jamás se haya visto.
Capo no era como los demás Estrellitos. Mientras que todos preferían las tradiciones seguras, a él le gustaban las ideas nuevas.
- “¿Y si hacemos que el cielo brille aún más? ”, propuso Capo un día mientras planeaban en la plaza central de Estrellópolis.
- “¡Eso no se ha hecho nunca! ”, exclamó Lila, su mejor amiga. “Podría ser peligroso”.
- “Pero imaginen... ¡una lluvia de estrellas de colores! ”, insistió Capo.
A medida que se acercaba el festival, Capo decidió experimentar. Comenzó a recolectar diferentes minerales y polvos de colores de todo el planeta. Lila, aunque dudosa, decidió ayudarlo. Juntos fueron al Bosque Luminoso y al Cañón de los Susurros en busca de lo que necesitaban.
Mientras trabajaban, encontraron un extraño cristal que emitía una luz brillante y desconocida.
- “¿Qué es esto? ”, preguntó Lila, maravillada.
- “No lo sé. Pero podría ser justo lo que necesitamos”, respondió Capo, emocionado.
Con el cristal, trabajaron días y noches. Sin embargo, en medio de su preparación, un grupo de Estrellitos conservadores se acercó preocupados.
- “Capo, no deberías arriesgar el festival. Las tradiciones tienen un valor enorme”, dijo Mateo, el líder de los conservadores.
- “Entiendo, pero las tradiciones también pueden cambiar. El mundo es un lugar en constante evolución”, Replica Capo.
Esa noche, mientras cada Estrellito se retiraba a soñar, una tormenta de meteoros iluminó el cielo. Capo observó con preocupación cómo los meteoros podrían arruinar todo su trabajo.
- “¿Y si el cristal se rompe? ”, pensó en voz alta. Lila lo escuchó y se sintió inquieta.
Pero, en el momento más temido por Capo, ocurrió algo maravilloso. Los meteoros chocaron con el cristal y una explosión mágica llenó el cielo de colores, creando la primera lluvia de estrellas del planeta. Todos los Estrellitos, incluidos Mateo y los conservadores, se asomaron fuera de sus casas.
- “¡Miren eso! ”, gritó Lila, emocionada.
Las luces eran extraordinarias, reflejando todos los colores que Capo había imaginado. La plaza se llenó de voces alegres.
- “¡Esto es… asombroso! ”, dijo Mateo, con una sonrisa.
Esa noche, el festival se transformó en una celebración de creatividad, descubrimiento y unidad. Los Estrellitos aprendieron que a veces es bueno romper con la rutina y explorar nuevas ideas. Desde entonces, el Festival de las Estrellas no solo celebraba la tradición, sino también la innovación y el trabajo en equipo.
Capo se sintió feliz, no solo por haber hecho realidad su sueño, sino porque todos, incluso los más conservadores, habían aprendido a ver la belleza en el cambio. Todos rieron, bailaron y disfrutaron de la noche para nunca olvidarla.
Y así, el Planeta de las Estrellas se convirtió en un lugar donde la tradición y la innovación danzaban en perfecta armonía, y cada año, el festival traía consigo una nueva sorpresa.
- “¿Qué haremos el próximo año? ”, preguntó Lila, quedándose despierta al mirar el cielo brillante.
- “No tengo idea, pero seguro será increíble”, respondió Capo con una gran sonrisa, sabiendo en su corazón que la verdadera magia de la navidad era compartir momentos y soñar juntos.
Y así, cada año, un nuevo capítulo comenzaba en el festival del Planeta de las Estrellas, demostrando que lo mejor estaba por venir.
FIN.