Ñeca y el huevo misterioso



Ñeca era una ñandú curiosa que vivía en el bosque de Ñandubay. Un día, mientras exploraba el bosque, encontró un huevo abandonado en el suelo.

Sin dudarlo, decidió cuidarlo y protegerlo, a pesar de que le encantaba jugar con sus amigos. Cada mañana, Ñeca se levantaba temprano para cubrir el huevo con su cuerpo y mantenerlo calentito. A pesar de la curiosidad de sus amigos, Ñeca se mantuvo firme en su compromiso de cuidar el huevo misterioso.

Pasaron los días, y el huevo poco a poco comenzó a emitir extraños sonidos, lo cual emocionó a Ñeca y la llenó de expectativa.

Un día, cuando el huevo finalmente comenzó a romperse, Ñeca se llenó de alegría al descubrir a un pequeño polluelo que salió de él. El polluelo se convirtió en su amigo y juntos exploraron el bosque, siempre recordando la valiosa lección de que la paciencia y la dedicación traen grandes recompensas.

FIN.

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