Nene aprende a dormir


Nene era un niño muy inquieto que siempre tenía problemas para dormir. Cada noche se acostaba en su cama y se revolvía durante horas, incapaz de conciliar el sueño.

Sus padres estaban preocupados por él y decidieron llevarlo a ver a una psicóloga. Cuando llegaron al consultorio, Nene estaba nervioso y un poco asustado.

Pero la psicóloga era muy amable y le explicó que iban a trabajar juntos para encontrar maneras de ayudarlo a dormir mejor por las noches. Durante la sesión, la psicóloga habló con Nene sobre sus preocupaciones e inquietudes. Le enseñó técnicas de relajación y respiración profunda que podía hacer antes de acostarse.

También le sugirió crear una rutina nocturna, como leer un libro o escuchar música tranquila, para preparar su mente y cuerpo para el sueño. Al final de la sesión, Nene se sentía más tranquilo y confiado en sí mismo.

Agradeció a la psicóloga por su ayuda y prometió poner en práctica los consejos que le había dado. Esa noche, cuando llegó el momento de irse a dormir, Nene siguió las sugerencias de la psicóloga. Respiró profundamente varias veces mientras imaginaba estar en un lugar tranquilo y seguro.

Luego leyó un libro hasta sentirse cansado, apagando las luces después. Para sorpresa de Nene (y también alegría), esa noche durmió profundamente sin despertarse ni una sola vez durante toda la noche.

Los días siguientes fueron igualmente buenos para Nene: seguía la rutina que había aprendido con la psicóloga y se sentía cada vez más relajado antes de dormir. Incluso empezó a disfrutar más del tiempo que pasaba en su cama, leyendo libros y soñando despierto.

Con el tiempo, Nene se convirtió en un experto en dormir bien por las noches. Sus padres estaban muy contentos de verlo tan feliz y descansado.

Y Nene estaba orgulloso de sí mismo por haber encontrado una solución a su problema. "Gracias por ayudarme a encontrar maneras de dormir mejor", dijo Nene a la psicóloga en su próxima sesión. "Ahora me siento mucho mejor y puedo hacer muchas cosas durante el día porque estoy descansado".

La psicóloga sonrió y le respondió: "Eso es genial, Nene. Me alegra mucho saber que estás durmiendo bien y disfrutando tu vida al máximo".

Desde entonces, Nene nunca olvidaría los consejos que había recibido de la psicóloga para poder dormir bien todas las noches. Y siempre estaría agradecido por ello.

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