Nico y el increíble equipo dentro de mí
Había una vez en el cuerpo de un niño llamado Nico, un lugar muy especial llamado Ciudad Corporis. En esta ciudad vivían todos los órganos, huesos y músculos que trabajaban juntos para mantener a Nico sano y fuerte.
En Ciudad Corporis, cada sistema del cuerpo tenía su propio barrio. El sistema circulatorio vivía en el Barrio Corazón, donde el corazón bombeaba sangre por todo el cuerpo.
El sistema respiratorio se encontraba en el Barrio Pulmones, donde los pulmones llenaban de aire fresco los alvéolos. Y así sucesivamente con cada uno de los sistemas. Pero había un órgano que siempre se sentía triste: la vejiga.
La vejiga era la encargada de almacenar la orina hasta que fuera momento de ir al baño. Sin embargo, a veces no podía contenerse y eso causaba muchos problemas a Nico.
Un día, mientras paseaba por Ciudad Corporis, la vejiga vio a los músculos del abdomen jugando felices en el parque y decidió acercarse a ellos para contarles lo mal que se sentía. —"Chicos" , dijo la vejiga con voz triste, "siempre me siento avergonzada cuando no puedo retener la orina correctamente". Los músculos del abdomen escucharon atentamente y decidieron ayudarla.
Juntos idearon un plan para fortalecerla y hacerla más resistente. Día tras día, los músculos del abdomen practicaban ejercicios especiales junto con la vejiga. Hacían abdominales, planchas y estiramientos para fortalecerse mutuamente.
Al mismo tiempo, en otro rincón de Ciudad Corporis, los huesos también tenían un problema. El hueso femur, encargado de sostener el peso del cuerpo, estaba débil y se rompía fácilmente.
Los músculos del cuerpo se dieron cuenta de esto y decidieron ayudar al hueso femur. Realizaron ejercicios de resistencia y le proporcionaron calcio a través de una alimentación balanceada. Con el tiempo, la vejiga se volvió más fuerte y ya no tenía problemas para retener la orina.
Y el hueso femur se fortaleció tanto que nunca más volvió a romperse. Un día, Nico fue al médico para hacerse su control anual. El médico examinó todos los sistemas del cuerpo y quedó impresionado con lo saludable que estaba Nico.
—"Nico" , dijo el médico emocionado, "tienes un cuerpo increíblemente fuerte gracias al trabajo en equipo de tus órganos, músculos y huesos". Nico sonrió orgulloso y supo que debía cuidarse siempre para mantener a Ciudad Corporis en perfectas condiciones.
Desde ese día en adelante, Nico valoraba aún más su cuerpo. Sabía que cada sistema trabajaba arduamente para mantenerlo sano y que él debía colaborar con una buena alimentación y ejercicio regular.
Y así vivió feliz junto a sus amigos en Ciudad Corporis, sabiendo que juntos podían superar cualquier obstáculo.
FIN.