Nicol y la Navidad Vallejiana



Era un día soleado de diciembre cuando Nicol, un estudiante de cuarto A de la secundaria, se despertó con una sonrisa radiante. Era la época más esperada del año: la Navidad. Pero este año tenía un cariz especial.

Nicol había sido elegido como representante de los estudiantes ante las instituciones educativas de su comunidad. Su corazón latía con fuerza mientras pensaba en todas las actividades que había realizado junto a sus compañeros. Habían organizado ferias, debates y hasta actividades solidarias.

"¡Nicol, vení!", gritó su mejor amiga, Lía, mientras corría hacia él.

"¿Qué pasa, Lía?", respondió Nicol, lleno de curiosidad.

"¡Se viene la fiesta navideña en la escuela! Sería genial que participemos en la organización, como siempre", sugirió ella, acomodándose un mechón de pelo.

"Es una buena idea, pero este año quiero hacer algo diferente. Quiero que nuestros compañeros sientan la verdadera esencia de la Navidad: compartir y ayudar a los demás", respondió Nicol con determinación.

Lía sonrió y asintió. Entre los dos comenzaron a planificar una recolecta de juguetes y comida para donar a quienes más lo necesitaban. Tocaron las puertas de varios comercios locales y, sorprendentemente, muchos se sumaron a la causa.

Con el tiempo, la noticia de su misión se esparció como un reguero de pólvora.

"¡Esto va a ser épico!", exclamó uno de los profesores, quien había escuchado el plan.

"Sí, pero necesitamos más ayuda. ¿Qué tal si hacemos un evento especial el día de la fiesta?", sugirió Nicol.

"¡Excelente idea!", respondió el profesor con entusiasmo.

Los días pasaron y la escuela se transformó. Los alumnos decoraban el aula, pintaban carteles y preparaban sorpresas para el evento. Todos estaban emocionados.

Sin embargo, a días de la fiesta, un grupo de estudiantes se acercó a Nicol.

"Nicol, vimos que estás organizando algo grande, pero la verdad es que hay quienes piensan que deberíamos usar ese dinero para una competencia de bandas en lugar de ayudar a otros", dijeron, con miradas desafiantes.

"Pero, ¿qué es lo que queremos realmente para estas fiestas?", preguntó Nicol, sus ojos brillantes.

"¿Qué?", inquirieron los chicos.

"¡Queremos disfrutar juntos y hacer la diferencia! La Navidad no solo se trata de competencia, sino de unión y solidaridad", afirmó firme.

Los chicos se miraron entre sí, dudando. Nicol no se rendiría.

"Voy a invitar a todos a que participen en la recolecta. Puede ser divertido incluso competir para ver quién trae más cosas por una buena causa. ¿Qué dicen?"

Esa noche, decidió hacer un video invitando a todos a la fusional fiesta navideña. Lo subió a las redes sociales de la escuela y, para sorpresa de todos, tuvo miles de vistas.

El gran día llegó. La escuela estaba decorada, había luces brillantes y música que llenaba el aire de alegría. Nicol y Lía recibieron a todos en la puerta, agradeciendo su participación.

"¡Bienvenidos!", gritaron al unísono.

"Recuerden que cada juguete y alimento que traigan suma a la felicidad de alguien más", dijo Lía emocionada.

Mientras la fiesta se desarrollaba, se llevaron a cabo juegos, actividades y un pequeño concurso donde había sorpresas para todos. Nicol estrechó la mano de aquellos que al principio se mostraron escépticos.

"Gracias por sumarse. Todos juntos somos más fuertes", les dijo mientras sonreían con brotes de alegría.

"¡Nos hacemos más amigos de los que creíamos!", respondió uno de ellos, al ver cómo la idea de la solidaridad unía cada vez más a los estudiantes.

Al final de la fiesta, lograron recoger un montón de juguetes y alimentos. Había alegría en los rostros de todos, y justo cuando Nicol se sintió más orgulloso, recordó el mensaje que compartió durante sus actividades de representatividad escolar:

"La verdadera magia de la Navidad está en compartir y dar sin esperar nada a cambio".

Mientras se preparaban para entregar todo a las familias que lo necesitaban, Nicol se dio cuenta de que la Navidad vallejiana no solo había sido un evento, sino una experiencia que uniría a todos para siempre.

Y así, con cada sonrisa, el espíritu de la Navidad marcó un antes y un después en la vida de Nicol y de todos sus compañeros. Fue un diciembre que nunca olvidarían.

FIN.

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