Nikos, el pequeño filósofo



Había una vez en la antigua Grecia, en el siglo V a. C., un pequeño niño llamado Nikos que vivía en las afueras de Atenas, cerca del río Cefiso.

Desde muy chico, Nikos soñaba con aprender muchas cosas y convertirse en un gran filósofo como los sabios que enseñaban en la Academia. Un día soleado, Nikos decidió aventurarse a conocer la famosa Academia.

Caminó por el olivar hasta llegar a la entrada donde se encontró con un anciano sabio que le dio la bienvenida. "¡Bienvenido, joven viajero! ¿Qué te trae a la Academia?" -dijo el anciano con amabilidad. "Quiero aprender todo lo que pueda y convertirme en un gran filósofo como ustedes", respondió Nikos emocionado.

El anciano sonrió y decidió darle una oportunidad al pequeño curioso. Lo llevó al patio central donde estaban reunidos varios estudiantes escuchando atentamente a su maestro hablar sobre ética y moral.

Nikos se sentó junto a los demás niños y comenzó a absorber cada palabra con entusiasmo. Pasaron las horas y el sol empezaba a ponerse, pero él no quería irse. Quería seguir aprendiendo más y más. Al día siguiente, Nikos regresó puntualmente a la Academia.

Esta vez, el maestro les propuso resolver un acertijo matemático complicado. Todos los niños se esforzaron por encontrar la respuesta, pero Nikos fue el primero en descifrarlo. "¡Eres muy inteligente, Nikos! Veo un gran potencial en ti", dijo el maestro orgulloso.

Los días pasaron y Nikos continuaba asistiendo fielmente a sus clases en la Academia. Aprendió sobre historia, ciencia, arte y filosofía.

Se convirtió en uno de los alumnos más destacados gracias a su dedicación y amor por el conocimiento.

Un año después de haber llegado por primera vez a la Academia, Nikos recibió una importante noticia: ¡había sido elegido para representar a su escuela en un prestigioso certamen de filosofía entre diferentes academias de toda Grecia! Nikos se preparó con ahínco para la competencia y finalmente llegó el día del evento. Se enfrentó a otros jóvenes brillantes y demostró todo lo que había aprendido durante su tiempo en la Academia.

Para sorpresa de muchos, ¡Nikos ganó el primer lugar! La noticia corrió rápidamente por toda Atenas y todos celebraron el triunfo del pequeño filósofo prodigio de la Academia.

Desde ese día, Nikos se convirtió en ejemplo para muchos niños que también anhelaban aprender y crecer intelectualmente. Y así, gracias al esfuerzo, dedicación y pasión por aprender, Nikos cumplió su sueño de convertirse en un gran filósofo como aquellos sabios que tanto admiraba en la legendaria Academia de Atenas.

FIN.

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