Nino, el amigo mágico
Había una vez en un lejano reino, una niña llamada Sofía que vivía con su abuela Nana. Nana era una mujer sabia y amorosa que siempre cuidaba de Sofía con mucho cariño.
Juntas pasaban sus días jugando, cocinando y contándose historias antes de dormir. Un día, mientras paseaban por el bosque cercano a su casa, encontraron un extraño objeto brillante en el suelo. Era una piedra mágica que les concedería un deseo si la tocaban juntas.
Sofía emocionada le dijo a Nana: "¡Pide lo que quieras, Nana! ¡Seguro se cumplirá!"Nana sonrió y cerró los ojos mientras pensaba en su deseo más profundo.
De repente, la piedra brilló intensamente y cuando ambas abrieron los ojos, se dieron cuenta de que algo había cambiado. Frente a ellas estaba un hombre apuesto con ojos cálidos y una sonrisa dulce. "Hola queridas, soy Nino", dijo el hombre misterioso.
Sofía y Nana se miraron sorprendidas pero luego sonrieron al ver la amabilidad en los ojos de Nino. A partir de ese momento, Nino se convirtió en parte de sus vidas. Ayudaba en las tareas del hogar, jugaba con Sofía y escuchaba atentamente las historias de Nana.
Con el paso del tiempo, Sofía comenzó a sentir algo especial por Nino. Su corazón latía fuerte cada vez que él estaba cerca y disfrutaba cada momento a su lado.
Por otro lado, Nana notaba la conexión entre ellos dos y sentía alegría al ver cómo se llevaban tan bien. Una noche estrellada, cuando todos estaban cenando juntos en la mesa del comedor, Sofía tomó coraje y decidió expresar lo que sentía:"Nino...
quiero decirte algo muy importante", comenzó nerviosa. Nino la miró expectante mientras Nana observaba con ternura desde su silla. "Eres... eres como el hermano mayor que siempre quise tener... ¡y también como mi mejor amigo!", exclamó Sofía finalmente.
Nino sonrió ampliamente entendiendo los sentimientos sinceros de Sofía y le dio un abrazo cariñoso. "Gracias por ser tan especial para mí", agregó ella emocionada. Desde ese día, la amistad entre ellos creció aún más fuerte.
Se convertirían en compañeros inseparables durante años compartiendo risas, aventuras e inolvidables momentos juntos gracias a esa piedra mágica que les permitió conocerse de una forma única.
Y así fue como Sofía aprendió que el amor puede manifestarse de diferentes maneras: no solo romántico sino también fraternal y amistoso; demostrando así que el verdadero amor puede surgir incluso entre amigos cercanos sin necesidad de romance para ser significativo e inolvidable.
Y aunque no fuera un amor romántico como imaginaba al principio con aquel hombre encantador llamado Nino (antes conocido como —"NANA" ), lo cierto es que había encontrado algo aún más valioso: un amigo para toda la vida.
FIN.