No a lo malo, sí a lo bueno



Había una vez en el centro educativo Piñal Salado, una señora muy especial llamada Doña Rosa. Todos los niños del grado cuarto la adoraban y siempre esperaban con ansias el momento de entrar a su clase.

Doña Rosa era conocida por ser muy sabia y cariñosa, pero también por ser extremadamente estricta cuando se trataba de enseñarles a sus alumnos a decir —"no"  a las cosas malas.

Ella creía firmemente que cada niño merecía tener una vida llena de alegría, amor y éxito, pero para lograrlo debían aprender a tomar buenas decisiones.

Una mañana soleada, Doña Rosa reunió a todos los niños en un círculo y les dijo: "Queridos niños, hoy quiero hablarles sobre la importancia de decir —"no" . A veces nos encontramos con situaciones en las que nos ofrecen hacer cosas incorrectas o mentir para salirnos con la nuestra. Pero recuerden que siempre tienen el poder de elegir lo correcto".

Los ojos curiosos de los niños se iluminaron mientras escuchaban atentamente las palabras de Doña Rosa. Estaban emocionados por aprender cómo enfrentar esas situaciones difíciles.

"Imaginen que están jugando en el parque y alguien les ofrece un dulce si no le cuentan a nadie", continuó Doña Rosa. "Siempre deben recordar decir —"no" . Las mentiras solo traen problemas y hacen daño a quienes confían en nosotros". Los niños asintieron con firmeza mientras absorbían cada palabra de su querida maestra.

Sabían que ella tenía razón. "Doña Rosa, ¿qué pasa si alguien me intenta persuadir para hacer algo malo?" preguntó Lucas, un niño muy inquieto pero inteligente.

"Doña Rosa sonrió y respondió: "Lucas, siempre recuerda que tienes el poder de tomar tus propias decisiones. Si alguien te ofrece hacer algo malo, simplemente di —"no" . No tengas miedo de alejarte de las personas que intentan arrastrarte al peligro". Los días pasaron y los niños comenzaron a aplicar lo que aprendían en clase.

Decían —"no"  a las malas influencias y se alejaban de situaciones peligrosas. Sus vidas comenzaron a cambiar para mejor. Un día, mientras Doña Rosa estaba enseñando matemáticas, llegó una visita sorpresa al salón de clases.

Era el director del centro educativo Piñal Salado. "Doña Rosa", dijo el director con una sonrisa en su rostro, "he venido a felicitarla por el increíble trabajo que ha estado haciendo con sus alumnos del grado cuarto.

Los resultados académicos han mejorado enormemente y todos los padres están encantados con su labor". Doña Rosa se sintió abrumada por la emoción y la alegría al escuchar esas palabras. Sabía que había logrado marcar la diferencia en la vida de esos niños.

Esa tarde, cuando todos los niños regresaban a casa, se encontraron con un pequeño obsequio en sus mochilas: un libro titulado "Amar el estudio".

Dentro del libro había una nota escrita por Doña Rosa que decía: "Queridos niños, nunca olviden lo valiosos que son y cuánto pueden lograr si estudian con amor y dedicación". Desde ese día, los niños del grado cuarto del centro educativo Piñal Salado siguieron el consejo de Doña Rosa.

Aprendieron a decir —"no"  a las cosas malas, a las mentiras y a alejarse de personas que no les traían nada bueno. Amar el estudio se convirtió en su lema y juntos lograron grandes cosas.

Y así, gracias a la sabiduría y amor de Doña Rosa, cada niño aprendió que decir —"no"  puede ser la clave para un futuro lleno de éxito y felicidad. Fin.

FIN.

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