No te rindas, Lila
Un día, Lila y Toni estaban jugando en su jardín cuando escucharon un ruido extraño. Se asomaron por la cerca y vieron a un grupo de niños jugando fútbol en el parque cercano.
Lila se emocionó mucho al verlos jugar y le dijo a Toni: "¡Vamos a jugar fútbol con ellos!"Toni no estaba segura, pero Lila la convenció diciéndole que sería divertido. Así que las dos hermanas corrieron hacia el parque.
Al llegar, se acercaron al grupo de niños y le preguntaron si podían jugar con ellos. Uno de los niños les respondió: "Claro, pero primero tienen que demostrarnos que saben jugar. "Lila tomó el balón y empezó a hacer malabares con él.
Los niños quedaron impresionados y aplaudieron. Entonces comenzó el partido. Al principio, las niñas tuvieron un poco de dificultad para seguirle el ritmo a los chicos, pero pronto empezaron a entender mejor cómo se juega.
En un momento dado, uno de los chicos hizo una falta muy fuerte contra Lila. Ella cayó al suelo llorando del dolor. Los otros niños se disculparon por lo ocurrido e intentaron consolarla.
Pero Lila no quería saber nada más del partido; solo quería irse a casa. En casa, su mamá la consoló y le explicó que las cosas pueden salir mal en ocasiones, pero lo importante es aprender de ellas y seguir adelante.
Al día siguiente, Lila decidió volver al parque para jugar fútbol otra vez. Esta vez fue diferente: ella ya sabía cómo jugar y estaba lista para enfrentar cualquier cosa. Los niños la recibieron con los brazos abiertos. Jugaron juntos durante horas, riendo y divirtiéndose sin parar.
Al final del día, Lila se dio cuenta de que había aprendido una importante lección: que no debía rendirse ante las dificultades, sino seguir adelante con valentía y determinación.
Y eso era algo que iba a aplicar en todos los aspectos de su vida.
FIN.