Noah y la búsqueda de la verdadera felicidad



Había una vez una niña llamada Noah, que vivía en un pequeño pueblo rodeado de montañas. A pesar de tener una familia amorosa y amigos cercanos, Noah siempre se sentía insatisfecha con su vida.

Ella anhelaba la felicidad y la aventura. Un día mientras paseaba por el bosque cerca de su casa, encontró a una anciana que estaba reagarrando hierbas.

La anciana le preguntó a Noah qué es lo que más deseaba en el mundo y ella respondió: "Quiero ser feliz". La anciana sonrió y le dijo: "La felicidad no se encuentra en ningún lugar fuera de ti misma, debes buscarla dentro de ti".

Noah no entendió completamente lo que la anciana quiso decir, pero decidió seguir sus consejos. Empezó a hacer cosas que amaba como pintar, cantar y bailar. También comenzó a ayudar a los demás sin esperar nada a cambio.

Pero su búsqueda de la felicidad no fue fácil ya que había una bruja malvada llamada Morgana quien quería impedirle encontrarla. Morgana creía que si alguien era feliz significaba menos poder para ella. Morgana empezó a hacer todo lo posible para detener a Noah.

Le ponía obstáculos en su camino y trataba de desanimarla diciéndole cosas negativas sobre sí misma. Pero Noah no se dejó vencer por las tácticas malvadas de Morgana. En lugar de eso, siguió adelante con determinación y coraje cada vez mayor.

Con el tiempo descubrió algo sorprendente: cuanto más hacía cosas para ayudarse a sí misma y a los demás sin esperar nada a cambio, más feliz se sentía. Un día, Noah decidió enfrentar a Morgana y le preguntó por qué era tan mala.

Morgana respondió: "Soy así porque nunca he conocido la verdadera felicidad". A partir de ahí, las dos comenzaron a hablar y se dieron cuenta de que tenían más en común de lo que pensaban.

Noah ayudó a Morgana a encontrar su propia felicidad al demostrarle que todos merecen ser amados y aceptados tal como son. Con el tiempo, Morgana cambió su manera de ser y la gente del pueblo empezó a verla con otros ojos.

Finalmente, Noah encontró lo que estaba buscando todo este tiempo. La felicidad no era algo que podía comprar o encontrar fuera de ella misma; era algo que debía construir desde adentro.

Y gracias a su coraje y determinación para superar los obstáculos, pudo lograrlo. Desde entonces, Noah vivió cada día con una sonrisa en su rostro sabiendo que había descubierto el secreto para ser verdaderamente feliz.

FIN.

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