Noche de amigos



Roma era una niña muy valiente y aventurera. Siempre estaba dispuesta a explorar nuevos lugares y descubrir cosas emocionantes. Pero había algo que la asustaba mucho: dormir sola en su habitación.

Cada noche, Roma se acostaba temblando de miedo, escuchando los ruidos que venían de afuera y sintiendo cómo su corazón latía con fuerza. A pesar de que sus padres le aseguraban que no había nada que temer, ella seguía sintiéndose insegura.

Un día, mientras jugaba en el parque con sus amigos, Roma les contó lo mucho que le costaba dormir sola y cómo eso la hacía sentir triste y vulnerable.

Sus amigos la escucharon atentamente y le dijeron:- No te preocupes Roma, nosotros te ayudaremos a superar ese miedo. Así fue como sus amigos empezaron a pasar las noches en su casa, durmiendo juntos en su habitación.

Al principio Roma se sentía un poco incómoda al compartir su espacio personal con otras personas, pero pronto se dio cuenta de lo reconfortante que era tener compañía durante la noche. Poco a poco, gracias al apoyo de sus amigos, Roma empezó a sentirse más segura y confiada para dormir sola.

Ya no necesitaba que alguien estuviera junto a ella todo el tiempo para sentirse protegida. Un día, mientras cenaban juntos en casa de uno de sus amigos, hablaron sobre lo importante que es pedir ayuda cuando tenemos miedos o problemas.

Y también sobre cómo podemos ser buenos amigos ayudando a los demás cuando nos necesitan. Desde entonces, Roma supo que siempre podía contar con sus amigos para ayudarla a superar cualquier obstáculo.

Y que ella también podía ser una buena amiga para los demás cuando ellos necesitaran su apoyo.

Y así, gracias al poder de la amistad y el coraje de Roma, todos aprendieron una valiosa lección: nunca es tarde para pedir ayuda y siempre hay alguien dispuesto a brindar su compañía y apoyo cuando lo necesitamos.

FIN.

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