Noche de Ruidos



Era una noche oscura en la casa de Natalia y Alejandro. La pequeña Aylin estaba durmiendo profundamente en su habitación, mientras que Luján estaba acurrucada en su cuna.

Natalia estaba viendo televisión cuando escuchó unos ruidos extraños que venían del sótano. - ¿Qué fue eso? - se preguntó asustada. Natalia intentó ignorar los ruidos, pero cada vez eran más fuertes y persistentes. Decidió investigar por sí misma y bajó las escaleras hacia el sótano con mucho cuidado.

- Hola... ¿Hay alguien ahí abajo? - preguntó con temor. No hubo respuesta, pero los ruidos continuaron.

Natalia comenzó a sentirse muy nerviosa y decidió subir para llamar a la policía, pero justo cuando llegaba al segundo piso, se dio cuenta de que las luces habían dejado de funcionar. - ¡Ay no! - exclamó asustada - ¿qué voy a hacer ahora? De repente, sintió un golpe fuerte en la puerta principal.

Le costaba respirar del miedo que tenía por dentro. - Aylin despierta! , Luján! Vamos a escondernos juntas! Las tres corrieron hacia el armario más grande de la habitación de Aylin y cerraron la puerta detrás de ellas.

Mientras tanto, afuera seguía sonando la puerta principal como si alguien estuviera tratando de entrar por ella. Pero luego todo quedo en silencio... Pasaron varios minutos antes de que Natalia tuviera el valor suficiente para salir del armario junto con sus hijas.

- ¿Mami, qué está pasando? - preguntó Aylin con una voz temblorosa. - No lo sé, cariño. Pero todo va a estar bien. Vamos a esperar aquí hasta que llegue papá o la policía.

Finalmente, después de un rato que parecieron horas, escucharon sirenas en la calle. La policía había llegado al rescate. Natalia abrió la puerta para recibirlos y explicarles lo que había sucedido.

Los oficiales registraron toda la casa y descubrieron que los ruidos eran simplemente el resultado de una tubería rota en el sótano. - ¡Qué alivio! - exclamó Natalia - Pensé que algo terrible estaba sucediendo. Los oficiales le aseguraron a Natalia que todo estaba bajo control y se marcharon.

Natalia se sintió muy agradecida por su ayuda y se dio cuenta de lo importante que era tener personas confiables en situaciones difíciles.

A partir de ese día, Natalia decidió enseñarle a sus hijas sobre el valor del coraje y cómo enfrentar sus miedos con valentía sin importar cuán asustados puedan sentirse. Y así vivieron felices para siempre en su hogar seguro y protegido.

FIN.

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