Noche de valentía


Había una vez un niño llamado Emiliano, que tenía tres años y vivía en una pequeña casa con su mamá y su papá.

Emiliano era un niño muy valiente durante el día, pero cuando llegaba la hora de dormir, se ponía muy asustado. Cada noche, su mamá lo acompañaba hasta la cama y le daba un beso de buenas noches. Pero apenas ella salía de la habitación, Emiliano empezaba a sentir miedo.

Pensaba que había monstruos debajo de su cama o en el armario. Una noche, mientras Emiliano estaba acurrucado en su cama temblando de miedo, escuchó un ruido extraño proveniente del armario.

El corazón de Emiliano empezó a latir rápidamente y decidió esconderse bajo las sábanas para protegerse. "¡Mamá! ¡Papá! ¡Hay un monstruo en mi armario!"- gritó Emiliano asustado. Sus padres corrieron hacia la habitación preocupados por los gritos de su hijo.

Cuando entraron al cuarto, encontraron a Emiliano escondido debajo de las sábanas y llorando desconsoladamente. "Tranquilo, mi amor. No hay ningún monstruo aquí"- dijo mamá mientras lo abrazaba fuertemente. "Voy a mostrarte algo que te va a ayudar". Mamá sacó una linterna del bolsillo y encendió la luz.

Luego caminó hacia el armario con paso decidido mientras papá sujetaba firmemente la mano temblorosa de Emiliano. Al abrir el armario, mamá iluminó cada rincón y mostró a Emiliano que no había ningún monstruo allí.

Solo estaban sus juguetes y ropa. "Ves, cariño? No hay nada de qué preocuparse"- dijo mamá sonriendo. "A veces, nuestra imaginación nos juega malas pasadas". Emiliano se sintió aliviado al ver que su mamá tenía razón.

No había monstruos en el armario ni debajo de la cama. Era solo su miedo el que lo estaba asustando. A partir de esa noche, Emiliano decidió enfrentar sus miedos.

Cada vez que sentía miedo antes de dormir, recordaba cómo su mamá había iluminado el armario y demostrado que no había nada peligroso ahí dentro. Poco a poco, Emiliano empezó a sentirse más valiente. Aprendió a controlar su imaginación y vencer sus miedos.

Ya no necesitaba que su mamá lo acompañara hasta la cama todas las noches porque sabía que podía dormir tranquilo en su habitación. Y así, Emiliano se convirtió en un niño valiente tanto durante el día como durante la noche.

Aprendió que los miedos son normales pero también pueden ser superados con coraje y apoyo de quienes nos quieren. Desde aquel día, Emiliano nunca volvió a tener miedo de dormir solo en su cama.

Y siempre recordaría cómo superó sus temores gracias al amor y la valentía que llevaba dentro de sí mismo.

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