Noches de magia con Cata


Había una vez una niña llamada Cata que vivía en una casa muy alegre junto a sus papás y su perro Babá.

Todas las noches, la familia se sentaba alrededor de la mesa para cenar juntos y compartir historias divertidas del día. "¡Cata, come tus vegetales!", decía mamá mientras le guiñaba un ojo. Cata sonreía y asentía con entusiasmo. A ella le encantaban los vegetales, especialmente las zanahorias crujientes.

Después de terminar la cena, llegaba el momento del baño. Papá llenaba la bañera con agua tibia mientras Cata se desvestía rápidamente y Babá esperaba ansioso al lado de la puerta del baño. "¡Babá, no te preocupes! ¡Tú también tendrás tu turno después!", decía Cata riendo.

Una vez dentro de la bañera, Cata jugaba con sus juguetes acuáticos mientras papá le lavaba el cabello con champú de manzana.

Luego, mamá le pasaba el jabón por todo el cuerpo y Cata reía a carcajadas cuando Babá intentaba entrar en la bañera también. Al salir del agua caliente y perfumada, era momento de cepillarse los dientes. Mamá les enseñó a Cata cómo hacerlo correctamente para mantenerlos fuertes y sanos.

Juntos hacían movimientos circulares en cada diente hasta que brillaran como estrellas en el cielo nocturno. Luego, ya lista para irse a dormir, Cata iba a su habitación para ponerse su pijama favorito adornado con estrellitas doradas.

Se sentaba frente al espejo y peinaba su cabello mientras cantaba su canción favorita. "¡Cata, ya es hora de leer un cuento!", decía papá con una sonrisa.

Cata tomaba uno de sus libros favoritos y se acomodaba en la cama junto a Babá, quien siempre estaba listo para escuchar las aventuras que Cata le contaba. Juntos viajaban a mundos mágicos llenos de princesas valientes y animales parlantes. Mientras leía, Cata encontró un dibujo muy gracioso en una página del libro.

Era un meme divertido que había encontrado en internet. A ella le pareció tan chistoso que decidió guardarlo para mostrárselo a sus amigos más tarde. "Babá, mira este meme tan divertido", dijo Cata riendo a carcajadas.

Babá movió su cola y ladró como si estuviera riendo también. Parecía entender perfectamente el sentido del meme. Después de guardar el meme en un lugar seguro para compartirlo con sus amigos, Cata cerró el libro y apagó la luz de su habitación.

Se acurrucó bajo las sábanas calentitas mientras mamá le daba un besito de buenas noches. "Dulces sueños, mi pequeña aventurera", susurró mamá antes de salir de la habitación. Cata sonrió y cerró los ojos.

En sus sueños, se imaginaba explorando nuevos mundos junto a Babá y viviendo emocionantes aventuras cada noche antes de dormir. Y así fue como Cata aprendió que cada noche puede ser una nueva oportunidad para soñar y disfrutar del tiempo en familia, creando recuerdos que durarán para siempre.

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