Noches de Valores y Amor


Había una vez en un pequeño pueblo de Argentina, un niño llamado Máximo y su fiel compañera Rayen, una perrita juguetona y cariñosa.

Máximo era un niño muy curioso y alegre, le encantaba pasar tiempo con Rayen jugando en el jardín o leyendo cuentos en su habitación.

Una noche, mientras Máximo se preparaba para ir a dormir, su mamá le dijo: "¿Qué cuento te gustaría que te lea esta noche antes de dormir?" Máximo sonrió emocionado y eligió su libro favorito. Se acurrucó en la cama junto a Rayen y escuchó atentamente cada palabra que su mamá leía. La historia lo transportaba a lugares mágicos y aventuras increíbles.

Al terminar el cuento, Máximo se sentía feliz pero algo preocupado. Miró hacia la ventana y notó que afuera ya estaba oscuro. De repente, sintió un escalofrío recorrerle la espalda. "Mamá, ¿puedes dejarme la puerta entreabierta? No me gusta la oscuridad", dijo Máximo con voz temblorosa.

Su mamá lo abrazó cariñosamente y le dijo: "No te preocupes, Máximo. Siempre estoy cerca para protegerte. Además, Rayen está aquí contigo también.

"Rayen levantó la cabeza como si entendiera las palabras de la mamá de Máximo y se acercó al niño para darle lamidas reconfortantes. "Gracias mamá. Y gracias Rayen por estar siempre conmigo", expresó Máximo sintiéndose más tranquilo.

La mamá de Máximo le dio un beso en la frente y le susurró al oído: "Recuerda que los libros tienen el poder de llevarnos a mundos maravillosos incluso en las noches más oscuras. Y aunque yo no esté justo al lado tuyo toda la noche, siempre estoy cuidándote desde mi corazón".

Mientras las palabras de su mamá resonaban en su mente, Máximo cerró los ojos lentamente sintiendo el amor y la seguridad que lo rodeaban.

Con Rayen a su lado e imaginando las aventuras de sus libros favoritos, poco a poco se fue quedando dormido. Desde esa noche, Máximo aprendió que aunque tenga miedo a la oscuridad o deba enfrentarse a situaciones nuevas, siempre habrá personas (y mascotas) queridas dispuestas a acompañarlo en cada paso del camino.

Y así, entre sueños llenos de magia e historias por descubrir, Máximo comprendió que crecer implica superar obstáculos con valentía pero también aceptar el apoyo incondicional de quienes lo aman.

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