Noel, el jugador incansable
Había una vez un niño llamado Noel que amaba jugar al fútbol. Todos los días, después de la escuela, iba al parque con sus amigos para practicar su técnica y mejorar su juego.
Pero había algo que lo frustraba: no era tan bueno como Messi. Noel admiraba a Lionel Messi, el famoso jugador de fútbol argentino. Soñaba con ser como él y jugar en el Barcelona algún día.
Pero se sentía triste porque pensaba que nunca podría llegar a ser tan talentoso como su ídolo.
Un día, mientras jugaban en el parque, uno de sus amigos le preguntó: "¿Por qué siempre quieres ser Messi? ¿No crees que eres lo suficientemente bueno tal como eres?"Noel se encogió de hombros. "Pero Messi es el mejor", dijo. "Claro, pero eso no significa que tú no puedas ser el mejor en tu propio camino", respondió su amigo.
A partir de ese momento, Noel comenzó a ver las cosas desde otra perspectiva. Se dio cuenta de que podía trabajar duro y mejorar su juego sin tener que compararse constantemente con otros jugadores. Así fue como empezó a entrenarse más duro todos los días.
Practicaba tiros libres durante horas y trabajaba en mejorar su velocidad y agilidad. Con el tiempo, comenzó a notar una gran diferencia en su juego.
Un día, mientras estaba jugando en el parque con sus amigos, un hombre mayor se acercó a ellos y les preguntó si querían formar parte del equipo local de fútbol infantil. Noel estaba emocionado por la oportunidad e inmediatamente aceptaron la oferta del hombre mayor.
A partir de ese momento, comenzó a jugar en el equipo y cada vez se sentía más seguro de sí mismo. Aprendió que no tenía que ser como Messi para ser un gran jugador de fútbol. Un día, después de un partido emocionante, Noel recibió una sorpresa.
El entrenador del equipo lo llamó y le dijo: "Noel, eres uno de los mejores jugadores del equipo. Tu trabajo duro ha dado sus frutos". Noel estaba radiante.
Se dio cuenta de que había logrado algo increíble gracias a su esfuerzo y dedicación. Desde entonces, Noel nunca volvió a compararse con otros jugadores ni se sintió triste por no ser como Messi. Sabía que era un gran jugador en su propio camino y eso era lo único que importaba.
Y así termina la historia del pequeño Noel, quien aprendió una valiosa lección sobre la importancia del trabajo duro y la confianza en sí mismo para alcanzar sus objetivos en el fútbol y en la vida.
FIN.