Nora y la búsqueda interplanetaria



Había una vez una niña llamada Nora, de solo 5 años, que vivía en un pequeño pueblo en el sur de España. Nora era una niña curiosa y soñadora, siempre buscando nuevas aventuras.

Un día, mientras jugaba en el jardín de su casa, vio algo extraño en el cielo.

¡Era un platillo volador! Pero no era cualquier platillo volador, ¡era Martelo, su amigo extraterrestre de Marte! Martelo había visitado a Nora hace mucho tiempo y desde entonces se habían convertido en los mejores amigos. Pero ahora Martelo se había perdido y Nora estaba decidida a encontrarlo. Decidió emprender un viaje por toda Andalucía para buscarlo. Nora comenzó su viaje en la hermosa ciudad de Sevilla.

Allí conoció a Carmen, una bailaora de flamenco muy talentosa. "-Hola Carmen", saludó Nora emocionada. "-¡Hola pequeña! ¿En qué puedo ayudarte?", respondió Carmen amablemente. "-Estoy buscando a mi amigo extraterrestre Martelo.

¿Lo has visto por aquí?"Carmen sonrió y le dijo: "-No he visto a ningún extraterrestre por aquí, pero si sigues tu camino estoy segura que lo encontrarás". Animada por las palabras de Carmen, Nora continuó su búsqueda hacia Málaga.

En esta ciudad costera conoció a Pablo, un pescador sabio y amigable. "-Hola Pablo", saludó Nora con entusiasmo. "-¡Hola bonita! ¿Qué te trae hasta aquí?", preguntó Pablo. "-Estoy buscando a mi amigo extraterrestre Martelo.

¿Lo has visto por aquí?"Pablo reflexionó un momento y respondió: "-No he visto a ningún extraterrestre, pero si te adentras en el mar tal vez lo encuentres nadando por ahí". Nora siguió su viaje hacia Córdoba, una ciudad llena de historia y cultura.

Allí conoció a Carlos, un guía turístico muy amable. "-Hola Carlos", saludó Nora emocionada. "-¡Hola pequeña! ¿En qué puedo ayudarte?", preguntó Carlos sonriente. "-Estoy buscando a mi amigo extraterrestre Martelo.

¿Lo has visto por aquí?"Carlos pensó durante unos segundos y le dijo: "-No he visto a ningún extraterrestre en la ciudad, pero si exploras la Mezquita-Catedral puede que encuentres alguna pista". Nora siguió recorriendo Andalucía sin perder la esperanza de encontrar a su amigo Martelo.

Visitó Granada, donde conoció al jardinero Antonio; luego fue a Jerez de la Frontera, donde se encontró con María, una experta en caballos; finalmente llegó a Almería, donde encontró ayuda en Miguel, un astrónomo aficionado.

Después de visitar todas estas ciudades maravillosas y conocer personas increíbles, Nora decidió regresar a casa. Estaba triste porque no había encontrado señales de Martelo en ninguna parte. Cuando Nora llegó a su pueblo y entró en su habitación, ¡se llevó una gran sorpresa! Allí estaba Martelo esperándola.

"-¡Martelo! ¡Eres tú!", exclamó Nora emocionada. Martelo le explicó que se había quedado atrapado en el jardín de Nora y no había podido salir hasta que ella regresara.

Nora se dio cuenta de que, aunque no había encontrado a Martelo en su viaje por Andalucía, había aprendido muchas cosas nuevas y conocido a personas maravillosas. Comprendió que la amistad era algo muy valioso y que siempre estaría ahí para ella, sin importar dónde estuviera.

Desde aquel día, Nora y Martelo siguieron siendo los mejores amigos, viviendo aventuras juntos tanto en la Tierra como en Marte. Y cada vez que Nora visitaba una ciudad nueva, recordaba con cariño todas las lecciones que aprendió durante su búsqueda.

Y así, entre risas y juegos, Nora siguió creciendo rodeada de amor y amistad. Porque cuando se tiene un amigo como Martelo, ¡nunca hay un momento aburrido!

FIN.

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