Noshil, el tiburón intrépido
Había una vez en las cálidas aguas del océano, un pequeño tiburón llamado Noshil. Era el más curioso de todos los tiburones y siempre estaba buscando nuevas aventuras. Sin embargo, había un problema: Noshil no sabía nadar.
Mientras sus amigos nadaban y jugaban en el mar, Noshil se quedaba en la orilla observándolos con tristeza.
Soñaba con ser como ellos, pero cada vez que intentaba sumergirse, solo lograba dar unos saltitos torpes y caer de nuevo al agua. Un día, mientras caminaba por la playa desanimado, Noshil escuchó unas risas provenientes de una cueva cercana. Se acercó sigilosamente y descubrió que eran dos delfines muy simpáticos: Delfi y Delma.
Intrigado por su alegría y destreza nadando, Noshil decidió acercarse a ellos para pedirles ayuda. Los delfines lo recibieron amablemente y le explicaron que nadar era algo natural para ellos, pero estaban dispuestos a enseñarle todo lo que sabían.
Durante semanas enteras, Noshil practicó junto a Delfi y Delma en las tranquilas aguas de una laguna escondida. Aprendió cómo mover su cola rápidamente para impulsarse hacia adelante y cómo mantenerse equilibrado bajo el agua. Poco a poco, los esfuerzos de Noshil comenzaron a dar frutos.
Ya no daba saltitos torpes al intentar sumergirse; ahora podía deslizarse elegantemente entre las olas. ¡Estaba nadando! Lleno de emoción, Noshil reunió a todos sus amigos tiburones para mostrarles lo que había logrado.
Se lanzó al agua y comenzó a dar vueltas y piruetas, dejando a todos boquiabiertos. "¡Increíble, Noshil! ¡Has aprendido a nadar!", exclamaron sus amigos asombrados. Noshil sonreía orgulloso mientras saludaba desde el agua.
Había superado su miedo y demostrado que con perseverancia y la ayuda de los demás, cualquier obstáculo podía ser vencido. Desde ese día, Noshil se convirtió en el tiburón más valiente y aventurero del océano.
Nadaba junto a sus amigos sin temor alguno, explorando nuevos lugares y descubriendo tesoros escondidos bajo el mar. La historia de Noshil se extendió por todo el océano y muchos animales acudieron a él en busca de consejo.
Les enseñaba que nunca debían rendirse ante los desafíos y que siempre había una solución si se trabajaba duro para encontrarla.
Y así, gracias a su determinación y la amistad incondicional de Delfi y Delma, Noshil demostró al mundo entero que incluso un tiburón que no sabía nadar podía convertirse en un verdadero campeón del mar.
FIN.