Nubes Únicas



Había una vez un pequeño pueblo en el que todos los habitantes se preocupaban mucho por las apariencias. Cada día, la gente se vestía con sus mejores ropas y se peinaba cuidadosamente para salir a la calle.

Pero lo que más llamaba la atención de todos eran las nubes. Sí, las nubes. En ese pueblo, las nubes eran muy importantes. La gente pasaba horas mirando al cielo y comentando sobre su forma, tamaño y color.

Y siempre había alguien que decía: "Miren esa nube, es diferente a todas las demás". Un día llegó al pueblo un niño llamado Tomás.

Era un niño curioso e inquieto que siempre preguntaba cosas nuevas y quería saber más sobre el mundo que lo rodeaba. Un día, mientras caminaba por el campo, Tomás levantó la vista al cielo y vio algo asombroso: dos nubes idénticas flotando juntas en el aire. - ¡Miren! -gritó-. Dos nubes iguales.

Pero nadie parecía interesado en lo que él decía. Todos seguían comentando sobre cómo era cada nube distinta a las otras. Tomás no entendía por qué a nadie le importaban esas dos nubes iguales.

Así que decidió investigar más sobre ellas. Comenzó a observar detenidamente cada una de las nubes del cielo durante varios días seguidos. Y descubrió algo sorprendente: todas las nubes eran distintas entre sí, pero también tenían cosas en común.

Por ejemplo, todas estaban formadas por pequeñas gotitas de agua o cristales de hielo suspendidos en el aire. Y todas se movían impulsadas por el viento. Tomás decidió compartir su descubrimiento con los habitantes del pueblo. Pero al principio nadie le creyó.

- ¿Qué importa si las nubes son iguales o distintas? -decían-. Lo importante es que sean bonitas y llamativas. Pero Tomás no se rindió.

Siguió hablando sobre las nubes y demostrando a la gente que, aunque cada una era única, también compartían muchas cosas en común. Y poco a poco, las personas comenzaron a prestarle atención. Empezaron a ver las nubes de una manera distinta y a valorarlas por lo que eran, no solo por su apariencia.

Así que el pueblo cambió gracias a la curiosidad y perseverancia de un niño llamado Tomás. Ahora todos saben que las nubes son iguales pero distintas, y eso hace que sean aún más hermosas e interesantes de observar.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!