Nubi, la Nube Juguetona



Había una vez, en un brillante cielo azul, una nube llamada Nubi. A diferencia de las otras nubes que eran grises y serias, Nubi siempre estaba cambiando de forma: de león a mariposa, de barco de piratas a helado gigante. Un día, decidió que quería hacer un gran viaje por el cielo.

"¡Voy a ver el mundo!", exclamó Nubi emocionada.

Y así, comenzó su aventura. Al volar, se encontró con un grupo de pájaros.

"¿A dónde vas, nube?", preguntó un loro.

"¡Voy a ver todo lo que hay abajo!", respondió Nubi con una risa.

Los pájaros volaron a su lado y le enseñaron a observar el suelo. Nubi se dio cuenta de que los árboles estaban llenos de colores y que los ríos brillaban como espejos.

"¡Mirá esos patos!", dijo un pajarito.

"¡Voy a convertirme en un pato!", gritó Nubi, cambiando rápidamente de forma.

Los patos aplaudieron su manera de ser y Nubi se sintió feliz. Pero, de repente, una sombra pasó sobre ellos. Era un gran águila que se acercaba con una mirada seria.

"¡¿Qué hacen aquí, nubes emocionadas? ! Aquí solo se vuela en línea recta", dijo el águila.

"Pero volar es más divertido si uno puede jugar con las formas!", contestó Nubi.

"No lo creo. ¡El cielo es para ser serio!", respondió el águila.

Nubi sintió que su alegría se desvanecía. Pero, decidida a mostrar la belleza de su forma divertida, creó una nube de forma de arcoíris y empezó a lanzar pequeñas gotas de colores.

"¡Miren! ¡Pueden ver todo con colores!", exclamó.

Los pájaros comenzaron a bailar, y los patos hicieron figuras en el agua. El águila, curioso, se dio cuenta de que nunca había visto algo así.

"Tal vez no sea tan malo disfrutar un poco", admitió el águila, mientras se unía al baile de colores.

Juntos, Nubi y sus amigos llenaron el cielo de risas y formas increíbles. Desde ese día, el águila permitió que Nubi y las otras nubes jugaran en su territorio.

"El cielo es nuestro para disfrutar", dijo el águila sonriendo.

Nubi aprendió que ser juguetón no solo es divertido, sino que también puede alegrarle la vida a los demás. Y así, siguió su viaje, transformándose en lo que su corazón le dictaba, llevando alegría por donde pasaba.

Y desde aquel día, Nubi se convirtió en la nube más famosa del cielo, con sus formas sorprendentes y su espíritu juguetón, recordándole a todos que la diversión no tiene límites y que siempre hay espacio para la creatividad.

FIN.

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