Nuni y el poder de compartir
Nuni era una niña muy observadora y curiosa. Siempre se preguntaba por qué en el mundo había personas que tiraban alimentos mientras otras sufrían de hambre. No entendía cómo podía existir tanta desperdicio cuando había tantas personas necesitadas.
Un día, mientras ayudaba a su mamá a hacer las compras en el mercado, Nuni vio cómo algunas frutas y verduras eran descartadas solo porque tenían pequeñas imperfecciones. Esto la entristeció mucho.
Decidió hablar con su abuela piripona para buscar una solución. Su abuela siempre tenía respuestas sabias y consejos valiosos para todo tipo de problemas. "Abuela, no entiendo por qué hay tanta comida desperdiciada cuando hay gente que tiene hambre.
¿Qué podemos hacer al respecto?"- preguntó Nuni con preocupación. Su abuela la miró con ternura y le dijo: "Mi querida Nuni, es cierto que hay muchas cosas injustas en el mundo, pero también hay muchas formas de ayudar.
Una de ellas es compartir los conocimientos que nos dejaron nuestros antepasados". La abuela piripona le contó a Nuni sobre los secretos culinarios que habían pasado de generación en generación en su familia.
Eran recetas tradicionales y trucos para aprovechar al máximo los alimentos sin desperdiciar nada. Emocionada por la idea, Nuni decidió empezar un proyecto llamado "Comparte tus saberes". Invitó a sus amigos del colegio a aprender junto a ella todas las técnicas maravillosas que su abuela le enseñaba.
Juntos aprendieron cómo usar las cáscaras de frutas para hacer mermeladas y conservas deliciosas. Descubrieron que las verduras —"feas" podían ser utilizadas en sopas y guisos llenos de sabor. Aprendieron a aprovechar cada pedacito de alimento, sin desperdiciar nada.
Pero Nuni no se conformó solo con enseñar a sus amigos. Decidió ir más allá y organizó talleres gratuitos en su comunidad para enseñarles a otras personas cómo aprovechar los alimentos al máximo.
La noticia se esparció rápidamente y pronto Nuni tenía una pequeña pero dedicada comunidad de seguidores, todos comprometidos en reducir el desperdicio de alimentos y ayudar a quienes más lo necesitaban.
Un día, mientras preparaba un taller especial sobre la importancia de reciclar el papel, Nuni recibió una llamada sorpresa. Era una organización internacional que había escuchado hablar de su proyecto y quería invitarla a dar charlas en diferentes países para compartir sus conocimientos. Nuni no podía creerlo.
Estaba emocionada por la oportunidad de llevar su mensaje aún más lejos y ayudar a más personas. Pero también estaba un poco asustada por dejar atrás a su familia y amigos. Después de pensarlo mucho, decidió aceptar el desafío.
Se despidió cariñosamente de su abuela piripona, quien le dijo: "Recuerda siempre que tienes el poder de hacer cambios positivos en el mundo. Nunca olvides tus raíces".
Y así fue como Nuni viajó por diferentes países compartiendo sus saberes culinarios y concientizando sobre la importancia de reducir el desperdicio alimentario. Su proyecto inspiró a muchas personas, quienes comenzaron a implementar pequeños cambios en sus vidas diarias para aprovechar al máximo los alimentos y ayudar a aquellos que más lo necesitaban.
Nuni aprendió que, aunque el mundo podía ser injusto, cada uno de nosotros tenía la capacidad de marcar la diferencia. Y eso era algo muy poderoso.
A medida que Nuni crecía y compartía su mensaje con el mundo, siempre recordaba las palabras sabias de su abuela piripona: "Comparte tus saberes y nunca olvides tus raíces".
FIN.