Ñuñu, mi mejor amigo



El gatito Titi estaba emocionado por su nueva aventura.

Después de vivir varios años con la abuela Lili, decidió mudarse a la casa de Marinés, una amiga de la familia que tenía un jardín enorme donde Titi podría jugar y explorar. Al llegar a su nuevo hogar, Titi se encontró con un gran gato gris llamado Ñuñu. Ñuñu era muy grande y parecía intimidante para el pequeño Titi.

"Hola, soy Titi", dijo tímidamente el gatito mientras se acercaba a saludar al otro gato. "Soy Ñuñu", respondió el otro gato con voz grave y profunda. Titi se sintió nervioso ante las palabras del otro gato. Pero pronto descubrió que Ñuñu no era tan malo como parecía.

De hecho, era muy amable y gentil con él. Poco a poco, los dos gatos comenzaron a jugar juntos en el jardín. Corrían detrás de las mariposas, saltaban sobre los árboles y perseguían ratones imaginarios.

Un día, mientras jugaban en el jardín, Titi se cayó al estanque del patio trasero. No sabía nadar muy bien y comenzó a luchar por mantenerse a flote. Ñuñu lo vio desde lejos e inmediatamente corrió hacia él para ayudarlo.

Con sus grandes patas lo sacó del agua y lo llevó hasta la orilla sano y salvo. Desde ese día en adelante, Titi sintió que podía confiar en su amigo Ñuñu para cualquier cosa.

Juntos vivieron muchas aventuras en el jardín y se convirtieron en los mejores amigos. A medida que pasaba el tiempo, Titi aprendió la importancia de no juzgar a alguien por su apariencia.

A veces, las personas o animales más grandes pueden ser los más amables y gentiles. Y así, Titi descubrió que no tenía nada que temer al mudarse a un nuevo hogar con un gato grande como Ñuñu a su lado. Juntos, podían enfrentar cualquier cosa.

FIN.

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