Nut y el Viaje Estelar



En el antiguo Egipto, donde las pirámides tocaban el cielo y el sol brillaba con intensidad, había una pequeña niña llamada Nut. A todos en su aldea les encantaba su risa contagiosa y su curiosidad insaciable por el mundo. Nut había oído historias sobre las estrellas y siempre soñaba con volar entre ellas.

Un día, mientras recogía flores cerca de su casa, se encontró con un camello llamado Jarif. Jarif era un poco anciano, pero aún tenía mucha energía y siempre estaba ansioso por descubrir nuevas aventuras.

"Hola, Nut! ¿A dónde vas con esa gran sonrisa?" - preguntó Jarif, mientras se sacudía la arena de su piel.

"¡Hola, Jarif! Quiero saber cómo es el cielo al anochecer. ¡Las estrellas brillan como diamantes!" - respondió Nut con sus ojos brillantes.

Jarif pensó por un momento y dijo:

"¿Y si hacemos un viaje para verlo juntos?"

"¿De verdad? ¡Eso sería maravilloso!" - exclamó Nut, llena de emoción.

Así, Nut se subió a Jarif y juntos comenzaron su aventura hacia el desierto. La tarde se fue despidiendo y el cielo comenzó a llenarse de pequeños puntos brillantes.

Llegaron a una colina alta que les ofrecía una vista encantadora. Al mirar hacia arriba, Nut no podía contener su asombro.

"¡Mira esas luces! Son tan hermosas... ¿cómo se llaman?" - preguntó, deslizando su mano por la arena.

"Se llaman estrellas. Y hay una leyenda que dice que cada estrella es un recuerdo de alguien que amamos. ¿No es hermoso?" - contestó Jarif con una sonrisa.

Nut se sentó en la cima de la colina, escuchando las historias de Jarif sobre las constelaciones. Pero de repente, un fuerte viento empezó a soplar y oscureció el cielo.

"¿Qué está pasando?" - preguntó Nut, un poco asustadilla.

"No te preocupes, Nut. A veces, los vientos nocturnos son solo temporales" - la tranquilizó Jarif.

Sin embargo, el viento trajo consigo nubes oscuras que cubrieron el cielo estrellado. Nut sintió que estaba a punto de llorar.

"Pensé que vería el cielo lleno de estrellas. Ahora todo está oscuro…" - sollozó.

"Es solo un momento, pequeña. Cuando las nubes pasen, las estrellas volverán. Mientras tanto, podemos inventar nuestras propias constelaciones y dibujarlas en la arena." - dijo Jarif, intentando animarla.

Nut, emocionada por la idea, comenzó a dibujar en la arena con su dedo.

"Mira, aquí hay un camello!" - dijo mientras hacía un dibujo.

"Y aquí hay una niña que quiere volar entre las estrellas!" - agregó.

Ambos comenzaron a reír y crear sus propias historias bajo el cielo nublado. Jarif inventó una historia sobre un héroe camello que viajaba por galaxias y Nut lo siguió creando inventos fantásticos.

Después de un rato, las nubes comenzaron a despejarse y la luz de las estrellas volvió a brillar. Nut miró hacia arriba y gritó de felicidad.

"¡Mira, Jarif! ¡Las estrellas han vuelto!"

"Me alegra que hayas olvidado tus dudas y te hayas centrado en tu creatividad. Muchas veces, en la vida, aunque nos enfrentemos a momentos oscuros, siempre debemos encontrar la luz que nos rodea" - dijo Jarif con sabiduría.

Nut sonrió, sintiendo que, a pesar de la tempestad, había aprendido una lección importante. Cuando las cosas se ponían difíciles, bastaba con mirar dentro y encontrar la chispa de la creatividad.

"¿Sabes qué? Vamos a hacer nuestro propio festival de estrellas en la aldea. ¡Invitemos a todos!" - propuso Nut.

"¡Eso suena increíble!" - dijo Jarif, emocionado.

Al regresar a su aldea, Nut y Jarif organizaron un gran festejo. Todos trajeron mantas, comida y contaron historias sobre las estrellas. Esa noche, Nut se dio cuenta de que las estrellas no solo estaban en el cielo, también brillaban en los corazones de cada uno que amaba y creaba.

Desde aquel día, Nut nunca olvidó que incluso en los momentos oscuros, siempre podía encontrar su propia luz, compartiéndola con quienes amaba. Y el camello Jarif se convirtió en su mejor amigo y compañero en cada nueva aventura por el desierto de sueños y estrellas.

FIN.

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