Odett y el sueño de volar
Era una mañana soleada en la ciudad de Buenos Aires y Odett se despertó con los ojos brillantes de emoción. Hoy comenzaba su primer día en la Escuela de Artes y Creación, donde podría aprender a pintar, bailar y actuar. Su mayor sueño era ser artista, y estaba lista para abrazar todo lo que la vida le ofrecía.
Mientras caminaba hacia la escuela, sentía que el viento acariciaba su rostro, como si el universo la estuviera animando a seguir adelante. Cuando llegó, conoció a varios compañeros, pero uno en especial llamó su atención. "Hola, soy Román", dijo un chico con una sonrisa brillante y ojos que chispeaban. "¿Y vos?".
"¡Hola! Soy Odett, y estoy muy emocionada por comenzar aquí".
Román sonrió aún más. "¡A mí también! Vamos a hacer cosas increíbles juntos."
En los días que siguieron, Odett y Román se hicieron grandes amigos. Juntos exploraban los diferentes talleres y clases, desde pintura hasta teatro. Román siempre tenía alguna ocurrencia divertida que lograba hacer reír a Odett incluso en los momentos más difíciles. "¿Viste, Odett? No importa si pintamos mal, lo importante es que nos divertimos", decía mientras mezclaba colores en su paleta.
Pero un día, cuando Odett se presentó para su clase de actuación, notó que tenía un nudo en el estómago. Los profesores estaban buscando a alguien para el papel principal en la obra del año, y Odett quería tanto ese papel que le costaba respirar.
"Román, estoy muy nerviosa. ¿Y si no puedo hacerlo? ¿Y si me olvido de mis líneas?".
—"Odett" , dijo Román dándole una palmadita en la espalda, "lo que importa es que te diviertas. Mira, yo estaré en la primera fila mirando. ¡Dale!".
Inspirada por sus palabras, Odett decidió dar lo mejor de sí. El día de la audición, se puso su mejor vestido de colores brillantes y subió al escenario. Al principio, temblaba, pero al mirar a Román en la audiencia, la confianza comenzó a fluir. Cuando terminó, los aplausos llenaron el aire y Odett se sintió como si estuviera en la cima del mundo.
Sin embargo, no todo fue un camino de rosas. Un par de días después, la profesora de danza anunció que se llevaría a cabo una competencia entre los estudiantes para encontrar al próximo bailarín estrella. Aunque a Odett le encantaba bailar, comenzó a dudar de sus habilidades.
"No sé si puedo hacerlo, Román. Todos son tan talentosos".
"¿Y qué importa eso? La danza es sobre expresar lo que sientes. No se trata de ser el mejor, se trata de ser tú misma. ¡Dalo todo!".
Con esas palabras en su mente, Odett decidió participar. Cada día, practicaba duro y se excusaba de salir con Román para prepararse. Al llegar la competencia, estaba tan concentrada en su actuación que olvidó la presión. Divertida y llena de energía, bailó como nunca antes lo había hecho. La multitud ovacionó y Odett sintió que había encontrado su lugar.
Luego de los eventos, Odett se dio cuenta de que lo que más le había inspirado a seguir sus sueños no solo eran los logros, sino la amistad de Román. "¿Sabés qué, Román? Creo que no solo estoy descubriendo mi talento, sino también lo que significa tener un buen amigo".
"Eso es lo que importa, Odett. Siempre estaré aquí para apoyarte, como vos lo hiciste conmigo".
A medida que pasaban los meses, Odett continuó creciendo, lidiando con desafíos, volando alto en su camino artístico, y lo más importante, siempre aprendiendo a amar y a valorarse a sí misma. Román también continuó explorando su pasión por la música. Juntos, descubrieron que la verdadera magia de vivir sus sueños estaba en la amistad y en el apoyo mutuo.
Y así, bajo el cielo de Buenos Aires, Odett y Román no solo perseguían sus sueños, sino que también vivían la increíble aventura de crecer y enseñarse el uno a otro lo que realmente significaba amar. A veces se trataba de una palabra amable, a veces de silencio compartido, pero siempre eran un viaje juntos, uno que les enseñó a valorarse y apoyarse en cada paso.
Ambos aprendieron que la vida es un lienzo en blanco, listo para ser llenado con las experiencias más bellas, y que los sueños son solo aún más brillantes cuando se comparten con alguien especial.
FIN.