Olivia en la sala de espera


Olivia era una niña muy valiente, pero tenía un miedo tremendo a las agujas. La última vez que fue al médico, tuvieron que pincharla y la experiencia no fue nada agradable.

Esta vez, estaba en la sala de espera con su madre, esperando a que la llamaran, y el miedo la invadía. Sus ojitos se llenaron de lágrimas y su corazón latía con fuerza. - ¿Estás bien, mi amor? - preguntó su mamá, preocupada.

- No quiero que me pinchen otra vez, mamá - respondió Olivia entre sollozos. En ese momento, escucharon su nombre y entraron al consultorio. Para su sorpresa, el médico les explicó que solo era una revisión de rutina, sin pinchazos.

Olivia se sintió aliviada y se dio cuenta de que a veces, las cosas no son tan malas como parecen. El miedo se desvaneció y salió del consultorio con una sonrisa en el rostro, orgullosa de haber superado su temor.

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