Olivia y el secreto del agua



Olivia era una niña muy alegre y llena de energía. Todos los días, después de regresar del jardín, corría emocionada hacia la plaza del barrio para jugar con sus amigos en los coloridos juegos que allí se encontraban.

La plaza era un lugar mágico para Olivia. Había toboganes altos, columpios que te hacían volar por el aire y hasta un pequeño castillo donde podías imaginar ser una princesa valiente.

Olivia pasaba horas corriendo, saltando y riendo junto a sus amigos. Sin embargo, había algo que preocupaba a los papás de Olivia: su resistencia a bañarse.

Cada vez que llegaba la hora del baño, Olivia ponía una carita triste y decía: "¡No quiero bañarme! ¡Quiero seguir jugando en la plaza!". Sus papás intentaron explicarle lo importante que era mantenerse limpios y saludables, pero no parecía convencerla del todo. Un día, mientras estaban sentados en el sofá de casa, mamá tuvo una idea brillante.

"Mira Olivia", dijo mamá mostrándole un libro lleno de ilustraciones maravillosas. "Este es el cuento de "La aventura del agua". Es sobre una gotita muy valiente que recorre diferentes lugares antes de llegar al mar".

Olivia abrió los ojos como platos y miró fascinada las páginas llenas de colores vivos. Mamá comenzó a leer:"Había una vez una gotita llamada Aguita que vivía feliz en las nubes junto a todas sus amigas gotitas.

Pero Aguita soñaba con conocer nuevos lugares y aventurarse más allá de las nubes. Un día, decidió emprender un viaje hacia el suelo". Olivia se imaginaba a la pequeña gotita recorriendo campos, ríos y lagos mientras mamá continuaba con el cuento.

"A lo largo de su camino, Aguita pasó por hermosos jardines llenos de flores y plantas. Ella sabía que al llegar al suelo, sería muy importante para mantenerlas sanas y fuertes. Por eso, Aguita siempre estaba dispuesta a bañarlas".

Olivia comenzó a entender la importancia del agua y cómo podía ayudar a cuidar todo lo que le rodeaba. Al terminar el cuento, mamá sonrió y le dijo: "¿Sabes qué Olivia? Tú también eres como Aguita.

Cuando te bañas, estás cuidando tu cuerpo y manteniéndote saludable". Desde ese día, Olivia cambió su actitud hacia el baño. Ahora entendía que no era solo un momento para lavarse, sino una oportunidad para cuidarse a sí misma y a los demás.

Un mes después de esa conversación con mamá, Olivia sorprendió a todos en casa cuando dijo: "¡Me voy a bañar!" sin que nadie se lo pidiera.

Sus papás sonrieron orgullosos mientras ella corría hacia el baño cantando una canción sobre Aguita y sus aventuras. Desde entonces, cada vez que Olivia iba a la plaza o jugaba en el jardín con sus amigos recordaba la historia de Aguita y cómo ella también podía ser valiente como esa pequeña gotita.

Y así fue como Olivia aprendió la importancia de cuidarse a sí misma mientras disfrutaba de su amada plaza y se convertía en una niña feliz y saludable.

FIN.

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