Óscar, el cisne noble

En un hermoso lago vivía un patito feo llamado Óscar. A diferencia de los otros patitos bonitos que nadaban alegremente en el agua, Óscar se sentía triste y solo por ser diferente.

Un día, mientras Óscar lloraba en la orilla del lago, un niño llamado Martín se acercó curioso. Al ver al patito feo solitario, Martín sintió compasión y decidió hacerle compañía. "Hola, ¿por qué estás tan triste?" -preguntó Martín con ternura.

Óscar levantó la cabeza sorprendido de que alguien se preocupara por él y entre sollozos le contó cómo se sentía diferente y rechazado por los demás patitos bonitos.

Martín escuchó atentamente y con una sonrisa le dijo: "No te preocupes, yo te ayudaré a encontrar tu lugar en este mundo". Así comenzó una hermosa amistad entre el niño y el patito feo. Martín llevaba a Óscar a pasear por el lago, le enseñaba a nadar mejor y juntos exploraban cada rincón del lugar.

Un día, mientras caminaban cerca de unas maletas abandonadas en la orilla del lago, Óscar recordó algo importante: ¡él no era realmente un patito! En realidad, era un cisne que había sido confundido al nacer.

"¡Martín! ¡Tengo que irme! Debo encontrar mi verdadera familia", exclamó emocionado Óscar mientras corría hacia las maletas para prepararse para su viaje. Martín lo entendió y aunque sintió tristeza al despedirse de su amigo, sabía que era lo correcto.

Con lágrimas en los ojos vio cómo Óscar desplegaba sus alas blancas y elegantes antes de emprender vuelo hacia su destino. Con el correr de los días, Martín visitaba el lago recordando con cariño a su amigo cisne.

Sabía que aunque ya no estuvieran juntos físicamente, siempre estarían conectados por la especial amistad que habían forjado. Y así fue como Óscar encontró su verdadera identidad como cisne, aprendiendo a aceptarse tal como era.

Y Martín comprendió la importancia de ser amable y solidario con aquellos que son diferentes, pues nunca se sabe cuántas historias maravillosas pueden esconderse detrás de una apariencia poco común.