Oscar y el buen uso de las redes sociales



En un pequeño barrio de Buenos Aires, vivía un niño llamado Oscar. A Oscar le encantaba jugar al fútbol, montar su bicicleta y, sobre todo, pasar tiempo en redes sociales. Observaba videos, compartía memes y chateaba con sus amigos. Pero había algo que a Oscar le preocupaba: había visto cómo algunos de sus amigos usaban las redes sociales para burlarse de otros. Esto le hizo reflexionar.

Un día, mientras estaba en la plaza con sus amigos, encontró a Tomás, un compañero de clase, sentado solo y con cara de preocupación. Oscar se acercó a él.

- ¿Qué te pasa, Tomás? - preguntó Oscar.

- Es que algunos chicos están haciendo memes de mí y me están molestando en las redes - respondió Tomás con tristeza.

Oscar sintió que su corazón se encogía. No podía creer que sus amigos hicieran eso. Decidió que debía hacer algo al respecto.

- No te preocupes, Tomás. Vamos a solucionar esto juntos - dijo Oscar con determinación.

Oscar corrió a casa y se puso a pensar en cómo podía ayudar a su amigo. Se le ocurrió crear un video donde mostrara la importancia del respeto y la empatía en las redes sociales. Tomó su celular y grabó un mensaje:

- ¡Hola, chicos! Soy Oscar. Hoy quiero hablarles sobre algo muy importante. Todos estamos en las redes para divertirnos, pero también tenemos que ser responsables. No es divertido hacerle daño a otros. Tomás es un amigo y merece nuestro respeto. ¡Así que digamos no a las burlas! -

Oscar subió el video con un hashtag que decía #RespetoEnRedes. Al principio, pensó que no lograría mucho, pero al día siguiente vio cómo sus amigos comenzaron a compartir el mensaje.

- ¡Mirá, Oscar! Tu video tiene muchos likes y comentarios positivos - le mostró su amiga Valentina, emocionada.

- ¡Eso es genial! - respondió Oscar, sintiéndose más esperanzado.

Pronto, la cadena de respeto se empezó a hacer viral en su escuela. Más niños comenzaron a compartir sus historias sobre cómo las redes sociales podían ser un lugar positivo. En poco tiempo, Tomás se sintió mucho mejor al ver que sus compañeros defendían lo que estaba bien.

Una semana después, el director de la escuela decidió organizar un encuentro donde todos los alumnos pudieran hablar sobre el uso responsable de las redes sociales. Oscar fue invitado a contar su experiencia.

- Chicos, las redes sociales pueden ser una herramienta maravillosa, pero también pueden herir. Por eso debemos aprender a usarlas bien - explicó.

El director felicitó a Oscar y a todos los que se habían sumado a la campaña.

- Estoy muy orgulloso de ustedes. Desde hoy, nuestra escuela se compromete a fomentar un ambiente de respeto y amistad tanto en persona como en las redes. -

Oscar, al escuchar esto, sintió una alegría inmensa. Había logrado hacer una diferencia.

A partir de entonces, Oscar continuó usando las redes sociales de una manera positiva, compartiendo mensajes que inspiraban a sus compañeros y promovían la bondad.

Y así, con cada like y cada compartido, Oscar aprendió que el verdadero poder de las redes sociales radica en cómo elegimos usarlas: para unir en lugar de dividir, para ayudar en lugar de hacer daño, y sobre todo, para construir un mundo más amable.

Desde aquel día, nunca olvidó la lección y se convirtió en un verdadero embajador del respeto. Y Tomás, ahora, era su mejor amigo.

Así fue como Oscar transformó su experiencia en redes sociales y ayudó a todos en su barrio a hacer de esos espacios un lugar mejor para todos.

FIN.

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