Osito aprende a cuidarse
Había una vez en la selva un oso de anteojos llamado Osito. Era un animal muy simpático y amigable con todos los animales del bosque.
Todos los días, Osito se levantaba temprano para ir a buscar su comida y pasar tiempo con sus amigos. Un día, mientras estaba buscando frutas por el bosque, Osito comenzó a sentirse mal. Tenía fiebre y dolor en todo su cuerpo.
No sabía lo que le estaba pasando, pero sabía que necesitaba ayuda. Osito decidió hablar con sus amigos del bosque para pedirles ayuda. Primero fue a ver al pájaro carpintero. "Hola amigo carpintero ¿podrías ayudarme? Me siento muy mal", dijo Osito.
El pájaro carpintero lo examinó cuidadosamente y le dijo: "Amigo mío, tienes una infección en tu cuerpo. Necesitas descansar mucho y tomar mucha agua". Osito siguió el consejo del pájaro carpintero e intentó descansar todo lo posible.
Pero no podía dejar de preocuparse por las tareas diarias que tenía que hacer para sobrevivir en la selva. Entonces decidió visitar al mono. "Hola amigo mono ¿podrías ayudarme también? Tengo muchas cosas pendientes", preguntó Osito preocupado.
El mono lo miró compasivamente y le respondió: "Amigo mío, es importante que te cuides primero antes de hacer cualquier cosa más". Osito entendió el mensaje del mono y decidió priorizar su salud antes de continuar con sus tareas diarias.
Poco a poco, gracias al reposo y el cuidado adecuado, Osito comenzó a sentirse mejor. Fue entonces cuando se dio cuenta de la importancia de cuidar su cuerpo y escuchar las señales que este le daba.
Desde ese día en adelante, Osito tomó medidas preventivas para evitar enfermarse nuevamente. Comenzó a comer más frutas y verduras frescas y a hacer ejercicio físico regularmente. Osito aprendió una valiosa lección: cuidar nuestro cuerpo es fundamental para tener una vida saludable y feliz.
Y así, gracias al apoyo de sus amigos del bosque, pudo superar su enfermedad y seguir disfrutando de la vida en la selva junto a todos ellos.
FIN.