Oso vs Abeja



En un hermoso bosque lleno de árboles gigantes y flores coloridas, vivían un oso llamado Bruno y una abeja llamada Beatriz. Durante muchos años, habían sido amigos inseparables, compartiendo risas y aventuras, pero un día, algo cambió en su relación.

Una mañana, mientras disfrutaban de un merecido descanso bajo la sombra de un gran roble, Bruno miró a Beatriz y le dijo:

"¿Sabés, Beatriz? A veces me pregunto quién sería más rápido, ¿vos o yo?"

"¡Eso es fácil! Yo soy rápida como el viento!" respondió Beatriz, agitando sus pequeñas alas.

"Tal vez, pero yo soy más grande y fuerte, puedo correr muy rápido" replicó Bruno con una sonrisa confiada.

"¡Hagamos una carrera y lo descubrimos!" sugirió Beatriz, emocionada.

Bruno y Beatriz acordaron que al día siguiente tendrían su gran carrera en el prado. Esa noche, mientras el oso se preparaba para la competición, empezaron a venir pensamientos de competencia y rivalidad a su mente.

Al día siguiente, el sol salió radiante y ambos amigos se encontraron en el prado.

"¡Listo para perder, oso!" gritó Beatriz con picardía.

"¡Nunca! ¡Estoy listo para ganar!" respondió Bruno con determinación.

A la cuenta de tres, los dos salieron disparados. Beatriz zumbaba alegremente mientras volaba en círculos alrededor de Bruno. El oso, aunque pesado, corría con todas sus fuerzas, ¡y vaya que eso causaba un gran viento!

Sin embargo, a medida que la carrera avanzaba, algo inusual ocurrió. Beatriz comenzó a sentirse un poco agitada, pues pasar todo el tiempo sobrevolando a Bruno la hacía marear. En un momento, mientras intentaba esquivar un árbol, se distrajo y casi se estrella.

"¡Cuidado, Beatriz!" gritó Bruno preocupado, y se detuvo para ayudarla.

"Estoy bien, gracias, Bruno", dijo Beatriz, con una pequeña risita nerviosa.

"Tal vez deberíamos hacer esto más divertido y no tan serio."

Bruno reflexionó esto y, mientras ambos descansaban un momento, les llegó un zumbido de otros animales del bosque.

"¡Vamos a llenar de juegos esta carrera!" propuso un conejo cercano.

"¡Yo conozco un juego que podemos jugar!" dijo un pájaro.

Luego, los animales del bosque se unieron a ellos, proponiendo diferentes juegos y desafíos. Así, la carrera se convirtió en un hermoso evento donde todos competían, reían y disfrutaban juntos, en lugar de verse como rivales.

"Yo pensé que sólo quería ser el más rápido, pero ganar no es tan importante si no tengo a mis amigos a mi lado" reflexionó Bruno.

"¡Yo también lo pensé! ¡Esto es mucho más divertido!" exclamó Beatriz mientras zumbaba feliz entre los demás.

Al final del día, Bruno y Beatriz se dieron cuenta de que la verdadera victoria no estaba en ser el más rápido, sino en disfrutar juntos con sus amigos, haciendo que cada momento fuera especial.

Desde entonces, cada vez que se encontraban, en lugar de competir, siempre organizaban juegos y aventuras en compañía de sus amigos, llenando el bosque de risas y alegría, recordando que la amistad es más valiosa que cualquier carrera.

Y así, Bruno y Beatriz continuaron siendo los mejores amigos, aprendiendo juntos que la verdadera diversión está en ser parte de un gran equipo, en lugar de estar uno contra el otro.

Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

FIN.

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