Oso y la Gran Ayuda


Había una vez un oso llamado Oso, que vivía en el bosque junto a su familia.

Su papá era muy valiente y fuerte, su tío siempre estaba lleno de energía y su tata era la más sabia y cariñosa de todas. Un día, Oso decidió que quería explorar el mundo más allá del bosque. Le contó a su familia sobre su aventura y todos se emocionaron por acompañarlo.

Así que Oso, papá, tío, tata y yo nos preparamos para partir. Caminamos durante días hasta llegar a un hermoso prado lleno de flores de colores brillantes. Todos estábamos maravillados con la belleza del lugar. Pero entonces escuchamos un ruido extraño proveniente del otro lado del prado.

- ¿Qué será eso? - preguntó Oso intrigado. Decidimos acercarnos para investigar y descubrimos que había un grupo de animales perdidos en medio del prado: una cebra asustada, un elefante triste y un león solitario.

Nos acercamos a ellos con cuidado y les preguntamos qué les había pasado.

La cebra explicó que se había separado de su manada mientras huían de unos cazadores furtivos; el elefante contó que lo habían capturado para trabajar en un circo; el león confesó que se sentía solo porque sus compañeros habían sido llevados al zoológico. Oso miró a su familia con determinación en los ojos y dijo:- No podemos dejarlos aquí solos y tristes. Tenemos que ayudarlos a volver a casa.

Así que nos pusimos manos a la obra. Papa, con su fuerza, construyó un puente para cruzar el río y llegar a la selva donde vivía la manada de cebras.

Tío utilizó toda su energía para levantar al elefante y llevarlo de vuelta a su hogar en la sabana. Tata usó su sabiduría para guiar al león hasta el desierto, donde encontró una nueva manada de leones.

Cuando finalmente todos los animales estuvieron seguros en sus hogares, nos despedimos emocionados. Los animales nos dieron las gracias por nuestra ayuda y prometieron ser amigos eternos. De regreso al bosque, Oso se sintió muy orgulloso de lo que habíamos logrado juntos.

- A veces, ayudar a los demás es más importante que cualquier otra cosa - dijo Oso sonriendo. Estábamos felices por haber hecho una buena acción y aprendido algo valioso.

Nos dimos cuenta de que siempre es bueno estar dispuesto a ayudar y hacer el bien sin esperar nada a cambio. Desde aquel día, Oso, papá,tío, tata y yo seguimos explorando el mundo juntos. Siempre recordamos que cada aventura puede traer consigo oportunidades para ayudar a otros y hacer del mundo un lugar mejor.

Y así fue como Oso y su familia descubrieron que trabajar en equipo y tener empatía hacia los demás son valores importantes que nos hacen crecer como personas.

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