Pablito y el piano mágico


Había una vez un niño llamado Pablito, que vivía en una pequeña casa con su mamá y su abuela. Pablito era un niño muy curioso y le encantaba experimentar con todo lo que encontraba a su alrededor.

Un día, mientras jugaba en el parque cerca de su casa, escuchó a un grupo de niños tocando música. -¡Qué lindo suena! -exclamó Pablito, acercándose al grupo-.

¿Qué están haciendo? -Estamos ensayando para el festival de música del próximo mes -respondió uno de los niños. Pablito se quedó mirando fascinado cómo los niños tocaban sus instrumentos. Desde ese día, decidió que quería aprender a tocar algún instrumento musical. Pero había un problema: no tenía dinero para comprar uno.

Un día, mientras paseaba por la calle, vio un viejo piano abandonado en la vereda. -¡Este es mi chance! -pensó Pablito. Sin pensarlo dos veces, se acercó al piano y empezó a tocar algunas notas.

A pesar de estar desafinado y gastado por el tiempo, sonaba muy bien según los oídos inexpertos del niño. Desde ese momento, todos los días después de la escuela iba corriendo hacia el piano para practicar sus notas y aprender nuevas canciones.

Su mamá y abuela estaban sorprendidas por este nuevo interés del niño pero lo apoyaron en todo momento. Un día llegó la noticia: habría un gran concurso musical entre todos los alumnos de las escuelas públicas del barrio.

El premio sería una beca para estudiar música durante todo un año. Pablito no podía creerlo, estaba emocionado y nervioso al mismo tiempo. Sabía que tenía talento pero también sabía que la competencia sería muy dura.

Llegó el día del concurso y Pablito subió al escenario con su piano. Mientras tocaba las primeras notas, se dio cuenta de que había olvidado una parte importante de la canción. -¡No puedo fallar ahora! -pensó desesperado.

Fue entonces cuando recordó lo que su abuela siempre le decía: "No te rindas nunca, sigue adelante aunque las cosas parezcan difíciles". Con esta frase en mente, siguió tocando y logró improvisar para salvar la canción.

El público quedó impresionado por su habilidad y al final del concurso, el jurado anunció que Pablito había ganado la beca para estudiar música durante todo un año. Desde ese momento, Pablito se dedicó a estudiar música todos los días.

Aprendió a tocar nuevos instrumentos y compuso sus propias canciones. Se convirtió en un músico reconocido en su barrio e incluso llegaron a invitarlo a tocar en algunos eventos importantes de la ciudad.

Y así termina nuestra historia de cómo Pablito descubrió su pasión por la música y logró superar sus miedos para alcanzar sus sueños.

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