Pablito y la lección de compartir



Un día, en el recreo de la escuela, Pablito estaba jugando con su pelota favorita cuando un compañero se acercó y le preguntó si podía jugar también. "No, esta es mi pelota. No quiero que la toques", respondió Pablito.

El compañero se fue triste y Pablito siguió jugando solo con su pelota. Pero mientras tanto, observó cómo los demás niños compartían sus juguetes y se divertían juntos. "¿Por qué no puedo hacer lo mismo?", pensó Pablito.

Al día siguiente, durante el recreo, una niña le pidió prestados unos lápices de colores para colorear un dibujo. "No te los voy a prestar porque después me los devuelves sucios", dijo Pablito negándose a compartir sus lápices.

La niña se alejó decepcionada pero esto hizo reflexionar a Pablito sobre su comportamiento egoísta.

Se dio cuenta de que no estaba siendo justo con sus amigos y que debía aprender a compartir para poder disfrutar mejor del tiempo en la escuela. Esa misma tarde, al llegar a casa, Pablito buscó entre sus juguetes uno que pudiera compartir con sus amigos al día siguiente. Encontró un juego de construcción y decidió llevarlo consigo al colegio.

Al día siguiente durante el recreo, todos estaban jugando juntos cuando llega un nuevo chico llamado Tomás. Él no tenía ningún amigo aún en la escuela y nadie quería jugar con él porque era muy tímido e introvertido.

Pablo notaba como Tomás miraba desde lejos con curiosidad todo lo que hacían los demás, pero nadie le prestaba atención. Entonces Pablito decidió acercarse a él y ofrecerle jugar juntos. "¿Quieres jugar conmigo al juego de construcción?", preguntó Pablito.

Tomás sonrió tímidamente y aceptó la invitación. Juntos construyeron una torre alta y colorida que hizo que todos los niños se acercaran para verla. "¡Qué bonita! ¿Podemos jugar todos juntos?", dijo uno de los compañeros de clase.

Pablito asintió sin dudarlo y compartió el juego con sus amigos, incluyendo a Tomás en su grupo. Todos se divertían juntos mientras construían nuevas estructuras cada vez más grandes e interesantes.

Desde ese día, Pablito aprendió lo importante que es compartir y ser amable con los demás. Descubrió cómo puede hacer nuevos amigos simplemente siendo generoso y considerado con las personas que lo rodean. Ahora, siempre lleva consigo algo que pueda compartir durante el recreo para hacer feliz a alguien más.

Y nunca olvida la valiosa lección de que compartir es la clave para tener buenos amigos y momentos inolvidables.

FIN.

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