Pablito y las señales de tránsito



Había una vez un niño llamado Pablito que vivía en un pequeño pueblo. A Pablito le encantaba andar en bicicleta, pero tenía un problema: no sabía leer las señales de tránsito.

Un día, mientras paseaba por el parque con su bicicleta nueva, Pablito se encontró con su amiga Sofi. Sofi era muy lista y siempre sabía cómo hacer las cosas correctamente. "¡Hola Pablito! ¿Quieres jugar a las carreras?" -le preguntó Sofi emocionada.

Pablito asintió con entusiasmo y rápidamente comenzaron a correr en sus bicicletas por el parque. Pero mientras pedaleaban a toda velocidad, Pablito no se dio cuenta de una señal de —"STOP"  que había en el camino.

De repente, apareció un auto y tuvo que frenar bruscamente para evitar chocar con él. Por suerte, el conductor también pudo detenerse a tiempo. Sofi se acercó preocupada a Pablito y le dijo:"Pablito, tienes que aprender a leer las señales de tránsito.

¡Son muy importantes para nuestra seguridad!"Pablo se sintió avergonzado y prometió aprender todo sobre las señales de tránsito lo antes posible. Decidido a cumplir su promesa, Pablito fue al ayuntamiento del pueblo para pedir ayuda.

Allí encontró al Señor Carlos, quien era el encargado de la seguridad vial. "Buenos días Señor Carlos", saludó tímidamente Pablito. "Hola Pablito, ¿en qué puedo ayudarte?" -respondió amablemente el Señor Carlos. Pablito le explicó su problema y el Señor Carlos sonrió. "No te preocupes, Pablito.

Aprender las señales de tránsito es fácil y divertido", le dijo. El Señor Carlos llevó a Pablito a un salón lleno de carteles con diferentes señales de tránsito. Le enseñó cada una de ellas y le explicó su significado.

Pablito estaba emocionado por aprender algo nuevo y se dedicó a estudiar todas las señales con atención. El Señor Carlos también le dio algunos consejos sobre cómo comportarse correctamente en la calle.

Después de varias horas, Pablito ya conocía todas las señales de tránsito y se sentía muy orgulloso. Ahora podía andar en bicicleta sin ningún problema.

Unos días después, mientras paseaba por el pueblo en su bicicleta, Pablito notó que había una nueva señal cerca del parque: un cartel con la imagen de un niño jugando y la palabra —"CUIDADO" . "¡Qué interesante!" -pensó Pablito-. "Esta es una señal nueva".

Entonces, tomó precauciones adicionales cuando pasaba por esa zona para asegurarse de que estaba seguro mientras jugaba en el parque. A partir de ese día, Pablito se convirtió en un ejemplo para los demás niños del pueblo.

Les enseñaba sobre las señales de tránsito y les recordaba la importancia de seguirlas para estar seguros en la calle. Poco a poco, todos los niños aprendieron sobre las señales gracias a Pablito. El pueblo se volvió más seguro y los accidentes disminuyeron considerablemente.

Pablito se dio cuenta de que había hecho una gran diferencia y se sintió muy feliz. Sabía que, gracias a él, todos los niños podían disfrutar de la calle de manera segura.

Y así, Pablito demostró que aprender y seguir las señales de tránsito no solo era importante para su seguridad personal, sino también para el bienestar de toda la comunidad.

FIN.

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