Pablo, el camión valiente



Pablo era un camión que siempre estaba lleno de energía y curiosidad. Un día, mientras recorría un camino oscuro, se encontró con otro camión. Intrigado, le preguntó su nombre. -Hola, ¿cómo te llamas? -preguntó Pablo.

-Yo soy la oscuridad -respondió el misterioso camión. Pablo se sorprendió, pero en lugar de asustarse, decidió ser valiente y amable. Juntos, recorrieron el camino, contándose historias y compartiendo aventuras. A medida que avanzaban, la oscuridad se volvió más amigable.

Finalmente, alcanzaron la salida del camino oscuro, y la luz del sol iluminó el paisaje. La oscuridad se desvaneció, revelando la belleza que se escondía detrás de ella.

Pablo aprendió que, aunque la oscuridad puede ser aterradora al principio, siempre hay una luz brillante al final del camino. Desde ese día, Pablo no tuvo miedo de la oscuridad, sabiendo que siempre podría encontrar su camino hacia la luz.

Y la oscuridad, gracias a la valentía y amabilidad de Pablo, se convirtió en una amiga cercana, lista para retirarse cuando fuera necesario. Juntos, enseñaron a otros camiones que no hay que temer a la oscuridad, porque siempre hay una luz brillante esperando al final del camino.

FIN.

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