Pablo y su aventura matutina



Doña Mechita era una mujer amable y cariñosa, pero cuando se trataba de despertar a su hijo Pablo, parecía que nada lo lograba.

A pesar de los persistentes intentos de su madre y su hermano Jacinto, Pablo siempre demoraba en levantarse. Esto pasaba todas las mañanas, lo que preocupaba a Doña Mechita, ya que temía que Pablo llegara tarde al colegio.

Un día, mientras Doña Mechita preparaba el desayuno, Jacinto se acercó a su hermano menor y le dijo: "Pablo, ¿por qué siempre tardas tanto en levantarte? Mamá y yo nos preocupamos porque no queremos que llegues tarde al colegio.

¿Hay algo que te preocupe?" Pablo suspiró y respondió: "No es que me preocupe algo en especial, es que a veces me cuesta encontrar motivación para levantarme temprano y enfrentar el día. Todo parece aburrido y rutinario." Jacinto, con una sonrisa comprensiva, le dijo: "Entiendo cómo te sientes, hermanito.

A veces también me cuesta levantarme, pero sabes, lo importante es buscar cosas que nos motiven y nos hagan sentir entusiasmados por el día que tenemos por delante.

¿Por qué no intentas encontrar algo que te emocione cada mañana? Podría ser un plan para el día, una actividad que te guste o simplemente un momento en el que estés con Mamá y yo." Pablo reflexionó sobre las palabras de su hermano y decidió que al día siguiente se levantaría temprano para buscar algo que lo motivara.

Al despertarse, se propuso encontrar al menos tres cosas que lo hicieran sentir contento y emocionado. Desde entonces, cada mañana, Pablo se levantaba con entusiasmo, listo para enfrentar el día.

Descubrió que le encantaba dibujar en su cuaderno en los momentos de descanso y que disfrutaba mucho contarle a su familia sobre sus sueños de la noche.

Su cambio de actitud no solo alegró a Doña Mechita y Jacinto, sino que también mejoró su desempeño en el colegio, ya que llegaba temprano y con energía para aprender.

FIN.

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