Palabras de Amor



Había una vez una niña llamada Nora, que vivía en un pequeño pueblo. Nora tenía una gran pasión por la escritura y siempre soñaba con ganar un concurso de literatura en su colegio.

Un día, se enteró de que había un concurso para celebrar el día de la madre. Nora se emocionó mucho porque amaba a su mamá más que a nada en el mundo y quería expresarle todo su amor a través de sus palabras.

Nora pasó días pensando en qué escribir. Quería que su composición fuera especial y única. Finalmente, decidió escribir sobre los momentos felices que había compartido junto a su mamá.

Después de horas de trabajo duro, Nora terminó su composición y la presentó al concurso. Estaba nerviosa pero también llena de esperanza. Sabía que había dado lo mejor de sí misma. El tiempo pasó y Nora olvidó completamente el concurso.

Se dedicó a crecer, estudiar y perseguir sus sueños como escritora. Años después, cuando ya era adulta, encontró por casualidad un viejo cuaderno lleno de escritos antiguos.

Curiosa por saber qué contenían aquellos escritos olvidados, comenzó a leer página tras página hasta llegar a una composición titulada "Para Mamá". Al instante recordó aquel viejo concurso del colegio y se dio cuenta de que aquella era la composición ganadora.

Con lágrimas en los ojos, comenzó a leer las palabras llenas de amor hacia su madre: "-Mamá, eres mi sol brillante en los días grises; eres mi refugio seguro cuando tengo miedo; eres mi guía cuando me siento perdida.

Gracias por estar siempre a mi lado, por amarme incondicionalmente y por enseñarme a ser valiente y luchar por mis sueños. "Nora se dio cuenta de lo mucho que había cambiado desde aquellos días en el colegio.

Ahora era una mujer adulta con sus propias responsabilidades y desafíos, pero nunca había dejado de sentir ese amor especial hacia su madre. Decidió compartir la composición con su hijo, Martín, quien era aún muy joven para entender todo su significado. Pero Nora sabía que era importante transmitirle los valores de amor y gratitud hacia su familia.

Una noche, antes de dormir, Nora le leyó la composición a Martín. El niño escuchaba atentamente cada palabra mientras acurrucaba su peluche favorito.

Al terminar de leer, Martín miró a Nora con ojos llenos de ternura y dijo: "-Mamá, eso es hermoso. Quiero escribir algo así para ti también". Nora sonrió emocionada y abrazó a Martín con fuerza. Sabía que aquel pequeño gesto demostraba que el amor entre ellos seguiría creciendo generación tras generación.

Desde aquel día, Nora y Martín comenzaron una tradición familiar: cada año escribían una composición especial para el día de la madre. Juntos compartían risas, lágrimas y palabras llenas de amor.

Y así fue como aquella composición olvidada en un viejo cuaderno se convirtió en un legado familiar que recordaría a todos cuánto valoraban y amaban a sus madres. La historia nos enseña que el amor hacia nuestros seres queridos es algo eterno e inquebrantable.

A veces, solo necesitamos recordar y expresar ese amor para mantenerlo vivo en nuestros corazones. Y así, cada día puede ser un día especial para celebrar a nuestras madres.

FIN.

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