Palabras inventadas, amistades descubiertas


Juana era una niña muy curiosa y le encantaba leer. Tenía una gran colección de libros y pasaba horas leyendo cada día. Pero a veces, se encontraba con palabras que no entendía y eso la frustraba mucho.

Un día, mientras leía un libro sobre animales, se topó con la palabra —"zancudo" . Juana nunca había escuchado esa palabra antes y no sabía lo que significaba. Así que decidió preguntarle a su mamá.

"Mamá, ¿qué significa zancudo?" preguntó Juana con curiosidad. "Es un insecto parecido al mosquito", respondió su mamá. Juana estaba contenta de haber aprendido algo nuevo, pero también se sintió un poco triste porque pensó en todas las palabras que aún no conocía.

Esa noche, cuando Juana estaba acostada en su cama pensando en las palabras nuevas que había aprendido ese día, tuvo una idea brillante: inventar sus propias palabras.

Así comenzó a escribir un diario donde registraba todas las palabras nuevas que aprendía cada día y también incluía algunas de sus propias creaciones. Al principio escribía cosas simples como —"corredero"  para referirse a algo que se mueve rápido o —"saltacielos"  para describir edificios altos.

Pero luego empezó a experimentar con combinaciones de palabras existentes e incluso creó algunas completamente nuevas como —"volaverde"  para describir algo verde y volador como una hoja o —"besocoso"  para alguien demasiado cariñoso.

Juana estaba muy orgullosa de sus invenciones lingüísticas y compartió algunas con sus amigos en la escuela. Algunos se burlaron de ella, pero otros encontraron divertido su vocabulario único y comenzaron a usar algunas de sus palabras también.

Pero un día, cuando estaba en la biblioteca buscando más libros para leer, Juana se topó con una palabra que no estaba en ninguno de sus diccionarios: —"amistad" . Y aunque había oído esa palabra antes, nunca había entendido completamente su significado. Entonces decidió preguntarle a su abuela lo que significaba.

Su abuela le explicó que la amistad es una relación especial entre dos personas que se apoyan mutuamente y comparten momentos felices juntos.

Juana se dio cuenta de que no importa cuántas palabras nuevas aprendiera o cuántas inventara, siempre habría cosas importantes que solo podían ser explicadas por experiencias reales y emociones verdaderas. Desde ese día en adelante, Juana siguió leyendo y escribiendo, pero también aprendió a valorar las relaciones humanas y el poder del lenguaje para comunicarse más allá de las palabras escritas.

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