Panchito y el desafío del choclo amarillo



Había una vez en un hermoso campo verde, un pollito llamado Panchito. Panchito era muy curioso y siempre estaba buscando nuevas aventuras.

Un día, mientras daba vueltas por el campo, se encontró con un maizal lleno de deliciosos choclos amarillos y jugosos. Desde ese momento, Panchito solo tenía un deseo en su mente: comerse uno de esos choclos. Pero había un problema.

El maizal estaba custodiado por Don Toro, el toro más grande y fuerte de todo el campo. Todos los animales le tenían miedo a Don Toro, ya que era conocido por ser muy gruñón y no dejar que nadie se acercara al maizal.

Un día, Panchito decidió armarse de valor y acercarse al maizal. Mientras caminaba sigilosamente entre las altas plantas de maíz, escuchó la voz grave de Don Toro que lo sorprendió. "¡Hey tú! ¿Qué crees que estás haciendo aquí cerca de mi maizal?", dijo Don Toro con tono amenazante.

Panchito temblaba de miedo pero decidió ser valiente y responder: "Perdón Don Toro, solo quería comerme un choclo porque me encantan". Don Toro frunció el ceño y miró a Panchito con desconfianza.

Pero luego suspiró y le dijo: "Está bien pequeño pollito, te daré la oportunidad de llevarte un choclo si logras superar tres pruebas que te pondré". Panchito aceptó emocionado el desafío y así comenzaron las pruebas.

La primera prueba consistía en encontrar una aguja perdida en medio del campo. Panchito buscó por todos lados hasta que finalmente la encontró escondida entre las hojas secas. "¡Muy bien!", exclamó Don Toro sorprendido.

"Ahora viene la segunda prueba: debes correr alrededor del campo tres veces sin detenerte". Panchito empezó a correr tan rápido como podía, sintiendo cómo el viento rozaba sus plumas. A pesar del cansancio, logró completar las tres vueltas sin detenerse ni rendirse. —"Impresionante" , murmuró Don Toro asombrado.

"Para la última prueba deberás demostrar tu valentía enfrentándote a Carlitos, el gallo más temible del corral". Carlitos era conocido por ser muy orgulloso y nunca permitiría que otro animal se acercara a su territorio sin pelear antes.

Panchito respiró hondo y se acercó a Carlitos con respeto. Sin decir nada, Carlitos lanzó un cacareo desafiante y se abalanzó sobre Panchito con sus afiladas espuelas.

La pelea fue intensa pero Panchito recordaba todas las enseñanzas de su mamá sobre resolver los problemas sin violencia. En lugar de contraatacar, decidió cantarle una canción alegre a Carlitos hasta que este se calmara. Sorprendentemente, Carlitos dejó de atacar y comenzó a tararear la melodía junto con Panchito.

Al finalizar la canción, ambos animales se miraron con complicidad y rieron juntos. Don Toro observaba toda la escena desde lejos y sonrió satisfecho. "Has superado todas las pruebas con valentía e inteligencia", dijo emocionado-. Eres digno de llevar contigo un choclo del maizal.

"Finalmente, Panchito pudo cumplir su sueño de saborear un delicioso choclo amarillo gracias a su determinación para superar los desafíos que se le presentaron en el camino.

Desde ese día en adelante, todos en el campo admiraban a Panchito por su valentía y bondad hacia los demás animales.

FIN.

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