Pancho y la moneda mágica de la salud
En un tranquilo pueblo de la provincia de Córdoba, Argentina, vivía un burro llamado Pancho. Pancho era un burrito muy curioso y aventurero que siempre estaba buscando algo nuevo para comer.
No importaba si eran flores, frutas o incluso zapatos viejos, ¡Pancho se lo comía todo! Un día soleado, mientras Pancho caminaba por el camino de tierra detrás de su dueño Juanito, encontró algo brillante tirado en el suelo. Era una moneda reluciente.
Sin pensarlo dos veces, Pancho la tomó con sus dientes y se la tragó.
Juanito se dio cuenta del brillo y rápidamente le gritó a Pancho: "¡Detente! ¿Qué te has comido ahora?"Pancho miró a Juanito con ojos inocentes y movió su cabeza hacia arriba y hacia abajo como diciendo que no sabía qué había comido. Juanito estaba preocupado porque sabía que la moneda podía ser valiosa. Decidió llevar a Pancho al veterinario para asegurarse de que estuviera bien.
El veterinario examinó a Pancho cuidadosamente y después de unos minutos dijo: "No te preocupes Juanito, parece que la moneda pasará por el sistema digestivo de Pancho sin causarle daño". Aliviados, Juanito y Pancho regresaron a casa.
Pero desde ese día, algo extraño comenzó a suceder. Cada vez que Pancho pasaba cerca del mercado del pueblo, las personas notaban algo inusual en él.
Un día, mientras paseaban por el mercado lleno de gente animada comprando frutas frescas y verduras coloridas, una mujer llamada Doña Rosa se acercó a Juanito y le dijo: "¡Juanito, tu burrito parece tener algo especial! ¿Podría ser que haya comido algo valioso?"Juanito, sorprendido por el comentario de Doña Rosa, decidió investigar.
Comenzó a observar atentamente a Pancho mientras se acercaba al mercado. Para su asombro, cada vez que Pancho pasaba cerca de un puesto de comida, parecía saber exactamente qué era lo más delicioso y nutritivo para comprar.
Si había frutas maduras en un puesto cercano, Pancho caminaba directamente hacia ellas. Si había verduras frescas en otro puesto, Pancho también las elegía. "¡Increíble!" exclamó Juanito ante la habilidad de Pancho para esagarrar los alimentos más sabrosos.
La noticia sobre el burrito mágico comenzó a extenderse por todo el pueblo. La gente venía desde lejos solo para ver cómo Pancho elegía su comida. Un día, cuando Juanito y Pancho estaban paseando cerca del río, conocieron a un niño llamado Tomás.
Tomás estaba triste porque no sabía qué comer para crecer fuerte y sano. "¿Puedes ayudarme?", preguntó Tomás con lágrimas en sus ojos. Juanito miró a Pancho y sonrió. Sabía que tenía algo especial que compartir con Tomás.
"Tomás", dijo Juanito emocionado "-creo que tengo la solución perfecta para ti". Sin perder tiempo, Juanito llevó a Tomás al mercado donde estaba esperando Pancho junto con todos los vecinos curiosos del pueblo.
Pancho fue presentado como el burro experto en elegir los alimentos más saludables. Tomás, junto con Pancho, comenzó a caminar por el mercado. Pancho se detenía en cada puesto y Tomás observaba con atención.
Al final del recorrido, Tomás estaba lleno de conocimiento sobre qué alimentos eran buenos para su crecimiento y cómo elegir las mejores opciones. A partir de ese día, Pancho y Tomás se convirtieron en grandes amigos. Juntos enseñaron a los niños del pueblo cómo comer de manera saludable y equilibrada.
Y así, gracias al burro que comía todo lo que encontraba en el camino, el pueblo entero aprendió la importancia de una buena nutrición y vivieron felices y sanos para siempre.
FIN.