Pandi y la Fiesta de la Limonada
Ayer, en el hermoso planeta de Pandi, nuestro amigo el osito decidió que era un buen día para hacer algo especial. Con sus suaves patitas, Pandi armó un colorido puesto de limonada en el parque de su vecindario. Pero no estaba solo; sus amigas Valentina y Fio, que venían desde el lejano planeta Capibara, se unieron a él para ayudar con su mágica limonada.
"¡Hola Pandi!", gritó Valentina mientras saltaba alegremente. "¡Trajimos la mejor limonada de todo el universo!".
"¡Sí!", añadió Fio con entusiasmo. "¡Es tan refrescante que quita la sed hasta a los marcianos!".
Los tres amigos comenzaron a vender limonada, y muy pronto, un grupo de animales del vecindario se acercó curiosamente al puesto. Pandi sonreía mientras servía las bebidas heladas.
"¿Qué ingredientes tienen?", preguntó un curioso perrito.
"Es un secreto de Capibara", respondió Fio con picardía.
Pandi y sus amigas decidieron ofrecer una limonada exprés, donde cada animal podía elegir sus propios ingredientes.
"Vos podés seleccionar el sabor que más te guste", explicó Valentina. "¡Prueba con un poquito de menta!".
Los animales empezaron a divertirse eligiendo diferentes sabores: fresas, hierbabuena, y hasta un poco de maracuyá. Mientras tanto, Pandi observaba cómo cada uno sonreía al probar sus combinaciones únicas.
Pero a mitad de la venta, algo inusual sucedió. Un gran dragón de colores brillantes se acercó, con unos ojos enormes y curvados.
"¿Qué tienen aquí, amigos?", rugió el dragón con su profunda voz.
Asustados, Pandi y sus amigas se miraron entre sí.
"Es solo limonada, amigo dragón. ¡Pero es muy rica!", dijo Fio temerosamente.
El dragón, en lugar de volar y causar problemas, se acercó más.
"¿Limonada? ¡Me encanta!", exclamó mientras olfateaba las fragancias. "¿Puedo probar un poco?".
Pandi, preparándose para servir al dragón, le ofreció una bebida gigante hecha especialmente para él.
"Aquí tienes, ¡disfrutá! Dicen que lo mejor es que también cuenta como un desayuno si le agregás un poco de fruta!", sonrió Pandi.
Mientras el dragón saboreaba la limonada, sus ojos brillaron de felicidad.
"¡Esto es fabuloso! Nunca había probado algo tan rico. ¿Puedo ayudarles a vender más?", preguntó con entusiasmo.
"¡Claro!", respondieron los tres amigos al unísono.
Así, el dragón comenzó a ayudar a promocionar la limonada. Hacía acrobacias en el aire, llamando la atención de más animales, quienes se acercaban intrigados. Con el dragón volando por los cielos, la multitud se agrandaba, y las ventas de la limonada se dispararon.
"Gracias, dragón, por ayudarnos!", dijo Pandi emocionado.
Después de una tarde llena de risas, sabores nuevos y un dragón convertido en el mejor amigo, la venta de limonada fue un completo éxito. Los tres amigos se sentaron bajo un árbol con el dragón, compartiendo historias y riendo al contarse anécdotas de sus planetas y aventuras.
"Estoy feliz de haber venido a este planeta", dijo Fio.
"¿Y si hacemos una fiesta de limonada el próximo fin de semana?", propuso Valentina.
"¡Me encanta la idea! Haremos la Fiesta de la Limonada del Dragón y así seguiremos compartiendo momentos juntos", decidió Pandi.
Desde ese día, el puesto de limonada se convirtió no solo en un lugar de venta, sino en un punto de encuentro para amigos, animales de distintas galaxias, y un dragón siempre listo para hacer reír. Así, Pandi y sus amigas aprendieron que lo mejor de compartir es que cada quien trae un poco de su magia al mundo y que la amistad puede ser tan refrescante como una limonada bien fría.
Y así, los amigos vivieron felices, llenos de dulces limones y risas bajo el cielo de su hogar.
FIN.