Pandita y la felicidad compartida



Había una vez en el bosque encantado de Villa Arcoíris, un osito panda llamado Pandita. Pandita era muy lindo y esponjoso, pero tenía un problema: no le gustaba compartir sus juguetes con los demás animalitos del bosque.

Un día soleado, Pandita estaba jugando con su pelota favorita cuando se acercaron Tito el conejito, Lila la ardillita y Rulo el mapache.

Ellos querían jugar también, pero Pandita gruñó y les dijo: "¡Esta pelota es solo mía! ¡No la compartiré con nadie!" Los animalitos se pusieron tristes y se fueron a buscar otro juego. Pandita siguió jugando solo, pero algo en su corazón le hizo sentirse mal por haber sido tan egoísta.

Decidió ir en busca de sus amigos para pedirles perdón y aprender a compartir. Después de un rato de búsqueda, encontró a Tito, Lila y Rulo construyendo una casita en el árbol. "Perdónenme amigos por no querer compartir mi pelota.

Me di cuenta de que es más divertido jugar juntos", dijo Pandita con sinceridad. Los animalitos lo miraron sorprendidos al principio, pero luego sonrieron y aceptaron las disculpas de Pandita. Desde ese día, Pandita aprendió lo maravilloso que era compartir con los demás.

Compartió su pelota, sus bloques de construcción e incluso su merienda con Tito, Lila y Rulo. Jugaron juntos todos los días y se convirtieron en los mejores amigos del bosque.

Una tarde, mientras compartían una rica torta de miel que había preparado Lila, escucharon unos chirridos provenientes del lago cercano. Era Ciro el patito que se había caído al agua y no sabía cómo salir.

Sin dudarlo ni un segundo, Pandita se lanzó al lago y ayudó a Ciro a regresar a tierra firme. "¡Gracias por salvarme!", dijo Ciro entre lágrimas. "De nada amigo Ciro. Eso es lo que hacen los buenos amigos: ayudarse unos a otros", respondió Pandita sonriendo.

Desde ese día en adelante, Pandita siempre compartió todo lo que tenía sin dudarlo ni un segundo. Aprendió que la verdadera felicidad está en dar amor y ser generoso con los demás.

Y así vivieron felices para siempre en el bosque encantado de Villa Arcoíris donde la amistad y la solidaridad reinaban cada día más fuerte.

FIN.

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