Paola en las aventuras sobre las nubes



Había una vez una niña llamada Paola, a la que le encantaba observar las nubes. Pasaba horas tumbada en el pasto, buscando formas curiosas en el cielo.

Un día, mientras miraba las nubes, vio una extraña nube con forma de castillo. Sin pensarlo dos veces, decidió subir a lo alto de una colina para verla más de cerca. De repente, la nube la envolvió y la llevó lejos, hasta el mismo cielo.

Paola se sorprendió al encontrarse caminando sobre las suaves nubes. -¡Guau, esto es increíble! -exclamó Paola asombrada. Pronto conoció a Nubecito, el simpático habitante de las nubes, quien le explicó que las nubes eran un lugar maravilloso lleno de aventuras por descubrir.

Juntos, Paola y Nubecito recorrieron diferentes nubes, cada una con sorpresas y desafíos. En la nube de algodón, tuvieron que esquivar los remolinos de dulce de azúcar; en la nube arcoíris, jugaron con sus colores y crearon pinturas mágicas en el cielo.

Pero la aventura más emocionante fue cuando encontraron la nube tormentosa. Con valentía, Paola ayudó a calmarla con palabras amables y canciones, convirtiéndola en la nube más amigable y suave. Después de muchas aventuras, Nubecito le mostró el camino de regreso a casa.

Paola se despidió con una sonrisa en el rostro, agradecida por haber vivido una experiencia tan emocionante. Desde ese día, Paola siguió mirando las nubes con la certeza de que, quién sabe, tal vez volvería a tener nuevas aventuras sobre ellas.

FIN.

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