Paola y el tesoro de la diversidad cultural


En un pequeño pueblo vivía Paola, una niña alegre y curiosa que hablaba en lengua náhuatl. Su familia era de recursos bajos, por lo que tuvieron que mudarse a un nuevo lugar en busca de mejores oportunidades.

El primer día de clases en su nueva escuela, Paola se sentía nerviosa pero emocionada por conocer a sus compañeros. Sin embargo, al presentarse y hablar en náhuatl, algunos niños comenzaron a reírse y burlarse de ella.

"¡Miren! ¡La niña habla raro! ¡No entendemos lo que dice!", se burlaban los otros niños. Paola se sintió triste y avergonzada por la reacción de sus compañeros.

Durante meses, continuaron las burlas y risas cada vez que ella hablaba en su idioma natal. A pesar de todo, Paola nunca perdió su alegría ni dejó de hablar en náhuatl con orgullo.

Un día, durante el recreo, Paola estaba sentada sola cuando uno de los niños que solía burlarse de ella se acercó tímidamente. "Hola Paola, ¿puedo hablar contigo?", preguntó el niño. Paola asintió con una sonrisa amable y el niño continuó: "Quería pedirte disculpas por haberme burlado de ti.

Ahora entiendo que tu lengua es parte de quién eres y es algo hermoso". Paola se sorprendió por la sincera disculpa del niño, pero decidió aceptarla con generosidad. "Gracias por disculparte. No hay problema, yo sé que mi lengua puede sonar diferente para ustedes", respondió Paola con amabilidad.

A partir de ese día, el resto de los niños también se acercaron a pedirle disculpas a Paola por haberla tratado mal.

La pequeña aceptó todas las disculpas con amor y les mostró cómo algunas palabras en náhuatl tenían significados muy profundos y bonitos. Con el tiempo, todos los niños aprendieron a valorar la diversidad cultural y lingüística gracias a la valentía y bondad de Paola.

Juntos descubrieron un mundo nuevo lleno de colores y sonidos diferentes que enriquecieron sus vidas. Desde entonces, en esa escuela reinaba la armonía y el respeto entre todos los alumnos sin importar sus diferencias.

Y Paola seguía siendo la niña alegre que siempre había sido, compartiendo su cultura con orgullo y enseñando a todos la belleza del idioma náhuatl.

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