Pasión Azulgrana


Había una vez dos niños llamados Jazmín y Matías que eran grandes fanáticos del fútbol y, en especial, de su equipo favorito: San Lorenzo. Todos los fines de semana, iban juntos al estadio para ver a sus ídolos jugar.

Un día, mientras esperaban ansiosos el comienzo de un partido, Jazmín tuvo una idea brillante. Ella había escuchado que algunos jugadores visitaban las escuelas para hablar con los niños y firmar autógrafos.

¡Eso era justo lo que ellos necesitaban! - Matías, ¿y si intentamos conocer a uno de los jugadores? - sugirió Jazmín emocionada. - ¡Esa es una excelente idea! - respondió Matías entusiasmado-. Pero...

¿cómo podemos hacerlo? Juntos se pusieron a pensar en un plan para cumplir su sueño. Decidieron escribirle una carta al capitán del equipo, pidiéndole la oportunidad de conocerlo personalmente.

Con mucho cuidado, redactaron cada palabra y explicaron lo mucho que admiraban su talento y cómo les gustaría aprender de él. Pasaron varios días hasta recibir respuesta. La espera parecía interminable para los dos amigos. Finalmente, un sobre llegó a sus manos con el sello oficial del club. - ¡Es la respuesta! - exclamó Jazmín emocionada.

Con nerviosismo abrieron la carta y leyeron atentamente cada palabra escrita por el capitán del equipo:"Queridos Jazmín y Matías, Me alegra saber que son tan apasionados por nuestro querido San Lorenzo como yo. Aprecio mucho sus palabras y entusiasmo.

Estoy dispuesto a conocerlos y compartir un día juntos en el club. Nos vemos el próximo sábado en la entrada principal del estadio. Un abrazo, El capitán de San Lorenzo"Los corazones de Jazmín y Matías se llenaron de alegría al leer esas palabras.

No podían creer que finalmente iban a cumplir su sueño de conocer a uno de sus ídolos. Llegó el esperado sábado y los dos amigos llegaron temprano al estadio, con una sonrisa radiante en sus rostros.

El capitán del equipo los estaba esperando allí, con una gran sonrisa también. - ¡Hola chicos! - saludó amablemente-. Me alegra mucho conocer a dos hinchas tan apasionados como ustedes.

Durante todo el día, el capitán les mostró cada rincón del club: desde los vestuarios hasta el campo de juego. Les contó anécdotas divertidas sobre su carrera como futbolista profesional y les dio algunos consejos para mejorar su juego.

Jazmín y Matías escuchaban atentamente cada palabra, absorbiendo todo lo que podían. Se sentían inspirados por la humildad y la dedicación del jugador hacia su deporte. Al finalizar la jornada, el capitán les regaló unas camisetas autografiadas por él mismo. Los dos amigos no podían estar más felices.

Habían conocido a su ídolo, aprendieron lecciones valiosas sobre perseverancia y dedicación, además de haber vivido una experiencia inolvidable. Desde ese día, Jazmín y Matías siguieron asistiendo a todos los partidos de San Lorenzo con una pasión aún mayor.

Sabían que, aunque no pudieran conocer a todos los jugadores, siempre tendrían en su corazón aquel encuentro especial y las enseñanzas recibidas.

Y así, Jazmín y Matías aprendieron que los sueños se pueden hacer realidad si uno trabaja duro y nunca deja de creer en sí mismo.

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