Pato y Rana en la Pampa



En un hermoso día soleado, Pato y Rana decidieron salir a explorar la vasta pampa. La brisa fresca y el canto de las aves los acompañaban. Mientras caminaban, encontrando colores y sonidos nuevos, Pato dijo:

"¡Mirá, Rana! ¡Qué lindo es el campo! Nunca había visto tantas flores juntas. ¿Te gustaría hacer un concurso de quién encuentra la flor más bonita?"

"¡Sí, me encanta! Vamos a ver quién puede encontrar la más colorida. ¡El primero en encontrarla, gana!" respondió Rana entusiasmada.

Ambos se separaron y comenzaron a buscar flores mientras compartían sus descubrimientos. Pato encontró una hermosa flor amarilla y se emocionó:

"¡Mirá esta! Es tan brillante como el sol. Creo que gané."

Pero justo cuando iba a enseñarle la flor a Rana, la vio muy lejos, agachada y observando una flor gigante de tonos morados.

- “¡Pato, mira lo que encontré! Esta flor es enorme y tiene un color maravilloso. ¡Quiero ver si puedo tocarla!" dijo Rana, acercándose a la flor.

Pato no quiso perder y pensó que podría hacer algo especial, así que decidió ayudarla.

"Yo puedo sostenerte si te subís a mi espalda. Así podrás acercarte sin problema."

Rana se puso de pie sobre la espalda de Pato y se estiró todo lo que pudo.

"¡Lo logré! Esta flor es increíble" gritó, emocionada.

De repente, sintieron un fuerte viento. La flor gigante empezó a moverse y, para su sorpresa, ¡una abeja acercándose! La abeja zumbaba y parecía muy ocupada recolectando polen.

"¡Cuidado, Rana! ¡Esa abeja puede ser muy picante!" exclamó Pato, asustado.

"Tranquilo, Pato. Las abejas no son peligrosas si no hacemos nada para asustarlas. Solo están cumpliendo su trabajo," le respondió Rana con confianza.

Decidieron observar cómo la abeja volaba de flor en flor.

"Son súper importantes. Ellas ayudan a que las flores crezcan y se reproduzcan," explicó Rana.

Mientras observaban, un grupo de mariposas empezó a danzar a su alrededor, alegrando aún más el ambiente.

"¿Ves, Pato? Este es un momento especial de naturaleza, donde debemos aprender a cuidar y respetar a las criaturas que nos rodean," dijo Rana.

"Es verdad, Rana. Vamos a hacer algo por ellas. Tal vez podamos plantar algunas flores para que las abejas y mariposas tengan un hogar seguro."

Ambos amigos decidieron regresar al lugar donde vivían y empezaron a reunir semillas de flores. Se pasaron los días preparando el terreno, removiendo la tierra y sembrando semillas. Primero un poco de amor y cuidado, y luego, con paciencia, vieron cómo poco a poco empezaban a brotar las flores.

Al pasar varias semanas, su pequeño jardín se llenó de colores y fragancias, atrayendo no solo a abejas y mariposas, sino también a muchos otros animales.

"¡Mirá, Pato! ¡Lo logramos! Nuestra acción ha traído vida a este lugar," dijo Rana, maravillada.

"Exactamente. Aprendimos que si cuidamos de nuestro ambiente, podemos ayudar a que todo florezca. No solo encuentro felicidad aquí, sino también la responsabilidad de cuidar de este hermoso lugar," respondió Pato, sintiéndose orgulloso.

Desde aquel día, Pato y Rana no solo se volvieron amigos de la naturaleza, sino que también compartieron su historia con otros amigos y vecinos, enseñando la importancia de proteger el medio ambiente.

Así, la Pampa se volvió un lugar más vibrante y lleno de vida, todo gracias a la curiosidad y amor de dos amigos que decidieron hacer la diferencia.

FIN.

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