Paula corre hacia sus emociones


Paula era una niña de diez años apasionada por el atletismo. Desde pequeña, corría a toda velocidad en el patio de su casa y soñaba con ser una gran corredora algún día.

Su mamá, Lucía, siempre la apoyaba y la animaba a perseguir sus sueños. Un día, Paula decidió inscribirse en una competencia de atletismo en su ciudad. Estaba emocionada pero también nerviosa, ya que nunca antes había corrido en un evento tan grande.

Lucía notó la ansiedad de su hija y decidió hablar con ella sobre la importancia de la inteligencia emocional en el deporte.

"Paulita, sé que estás nerviosa por la carrera, pero recuerda que tu mente es tan importante como tus piernas para alcanzar la meta", le dijo Lucía con cariño. "¿Qué quieres decir, mamá?", preguntó Paula intrigada. Lucía explicó que la inteligencia emocional se trataba de conocer y manejar nuestras emociones para rendir mejor en cualquier situación, incluso en el deporte.

Le enseñó a Paula técnicas para controlar su ansiedad y mantenerse concentrada en su objetivo. El día de la competencia llegó y Paula estaba lista para correr.

Mientras esperaba su turno, cerró los ojos y aplicó las técnicas que su mamá le había enseñado. Respiró profundo, visualizó la pista frente a ella y repitió afirmaciones positivas en su mente. Cuando fue su momento, Paula salió disparada como un rayo. Sentía cada zancada con fuerza y determinación.

A mitad de carrera, una ráfaga de viento fuerte intentó desestabilizarla, pero recordando lo aprendido sobre inteligencia emocional, mantuvo la calma y siguió adelante sin perder el ritmo.

La línea de meta estaba cada vez más cerca y Paula podía escuchar los gritos de aliento del público. Con un último esfuerzo sprint final cruzó victoriosa la meta en primer lugar.

Había ganado no solo la carrera sino también una lección invaluable sobre el poder de controlar sus emociones. Al terminar la competencia, Lucía abrazó orgullosa a Paula y le dijo: "¡Esa es mi campeona! Nunca subestimes el poder de tu mente y tus emociones.

La inteligencia emocional te llevará muy lejos en todo lo que te propongas". Desde ese día, Paula comprendió que no solo se trataba de correr rápido sino también de correr con inteligencia emocional. Y así siguió entrenando duro para convertirse en una gran atleta no solo físicamente sino también mentalmente fuerte.

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