Paula y la Rebelión de la Justicia



En un reino lleno de brillo y lujos, vivía una princesa llamada Paula, hija del Rey Lorenzo y la Reina Mercedes. Paula, con su largo cabello dorado y una sonrisa traviesa, era conocida por su bondad y su curiosidad insaciable. A diferencia de sus hermanas, que amaban asistir a bailes y eventos reales, Paula prefería explorar el bosque, ayudar a los animales y soñar con mejores tiempos para su pueblo.

Un día, mientras paseaba por el bosque, se encontró con un grupo de pequeños animales que se veían preocupados. Se acercó a ellos y preguntó:

"¿Qué pasa, amigos? ¿Por qué están tan tristes?"

El más pequeño, un conejito llamado Rocco, respondió:

"La señora tortuga ha perdido su hogar. Un grupo de humanos vino y taló muchos árboles. Ahora no tenemos lugar donde vivir. ¡No sabemos qué hacer!"

Paula sintió un nudo en su estómago. No podía imaginar un mundo donde los animales no tuvieran un hogar. Aproximadamente a la misma hora, su madre la Reina Mercedes organizaba un gran baile para las familias reales. Ella y sus hermanas estaban más interesadas en la elegancia que en el destino de los animales.

Esa noche, mientras todos se preparaban para el baile, Paula decidió que no iría. En su lugar, se creó un plan.

"¡Tengo que ayudar a los animales!"

Al caer la noche, se disfrazó de una humilde campesina y salió a buscar a las personas responsables de la tala de árboles. Cuando llegó a la aldea, vio a un grupo de leñadores riendo y conversando.

"¡Alto!" gritó Paula, con voz decidida.

"¿Quién es esa chica?" preguntó uno de los leñadores.

"Soy Paula, una amiga de los animales y vengo a pedirles que reconsideren su trabajo."

Los leñadores se sorprendieron, pero empezaron a reírse.

"¿Y qué nos importa, princesa?"

"Al beneplácito del rey, seguimos con nuestra tarea. ¡Está en juego nuestro sustento!"

Sin perder la calma, Paula continuó:

"Pero ¿no saben que con cada árbol que talan, están destruyendo el hogar de muchas criaturas? Ellas solo buscan vivir en paz. Los animales también tienen derecho a un hogar, al igual que ustedes a su trabajo. Pueden encontrar un equilibrio."

Los leñadores se detuvieron a pensar. Entre ellos, uno llamado Mateo se acercó a Paula.

"Nunca lo había visto así. Tal vez podríamos buscar otro lugar para trabajar, pero... ¿cómo?"

Paula sonrió, contenta de haber sembrado una pequeña semilla de cambio.

"Podemos hacer un encuentro con toda la comunidad. En vez de talar, busquemos nuevas formas de vivir en armonía con la naturaleza. Muchos estarían de acuerdo con esto, yo lo sé."

Días después, se organizó un gran encuentro en la plaza del pueblo. Paula, junto a Rocco y otros animales, habló frente a una multitud.

"Queridos amigos, estamos aquí para encontrar una solución que funcione para todos. Juntos podemos encontrar formas de vivir sin lastimarnos. Los animales respetan a los humanos y con su ayuda, podemos vivir todos juntos, en paz."

Al principio, los humanos mostraron resistencia. Pero gracias al carisma y la pasión de Paula, pudieron abrir sus corazones. Poco a poco, comenzaron a dialogar y a entenderse. Amazing, no solo lograron preservar los árboles, sino que también empezaron a buscar espacios alternativos para trabajar.

Una semana después, mientras Paula regresaba al palacio, sus hermanas la esperaban en los jardines.

"- ¡Paula, ¿dónde estuviste? Todos están hablando de vos!" dijo Sofía, la hermana mayor.

"- Sí, incluso el rey y la reina están orgullosos de lo que hiciste" agregó Valeria, la del medio.

Paula sonrió, sintiéndose realizada.

"Solo hice lo que creía que era correcto. Todos merecemos un lugar donde vivir felices."

Desde ese día en adelante, en lugar de asistir a eventos pomposos y vacíos, las tres princesas decidieron hacer de su reino un lugar mejor, utilizando su posición para inspirar cambios positivos, escuchar a su pueblo y defender a los más necesitados. Gracias a Paula, el reino aprendió que la justicia y la empatía también eran parte de ser realeza.

FIN.

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