Paula y la Serpiente Amiga



Había una vez en un pequeño pueblo rodeado de campos verdes y arroyos cristalinos, vivía Paula, una niña curiosa y valiente que siempre estaba buscando aventuras.

Un día, mientras ayudaba a su mamá en la cocina, se llevó un gran susto al encontrar una serpiente venenosa deslizándose sigilosamente por el suelo. - ¡Mamá, mamá! ¡Una serpiente en la cocina! -gritó Paula asustada.

Su mamá, alarmada también, le indicó que fuera a buscar a su papá que trabajaba en el campo. Sin pensarlo dos veces, Paula salió corriendo a toda velocidad hacia los campos donde sabía que encontraría a su papá. Después de correr y correr, finalmente lo encontró arando la tierra con un caballo.

- ¡Papá, papá! ¡Una serpiente venenosa en la cocina! ¡Tenemos que hacer algo rápido! -exclamó Paula sin aliento. Sin perder tiempo, su papá detuvo su labor y juntos montaron rápidamente al caballo para regresar a casa y enfrentar el peligro.

Sin embargo, lo que no sabían era que la astuta serpiente ya se había marchado de la cocina y ahora se encontraba descansando tranquilamente en un árbol cercano. Al llegar a casa con determinación, buscaron por todas partes sin éxito alguno.

Fue entonces cuando escucharon un silbido proveniente del árbol cercano. Levantaron la mirada y vieron a la serpiente observándolos con sus ojos brillantes. - ¡Ahí está! -gritó emocionada Paula señalando hacia el árbol.

Su papá evaluó rápidamente la situación y recordó algo importante: "Las serpientes son parte de nuestro ecosistema y debemos respetarlas", le dijo a Paula. Juntos idearon un plan para atraparla sin dañarla ni ponerse en peligro.

Con cuidado y paciencia lograron capturar a la serpiente utilizando una caja resistente. Una vez asegurados de no lastimarla, decidieron llevarla de regreso al campo donde pudiera vivir libremente lejos de las casas del pueblo.

Paula aprendió una valiosa lección ese día: es importante respetar a todos los habitantes de la naturaleza, incluso si nos asustan o nos ponen nerviosos. Desde entonces, cada vez que veía una serpiente recordaba aquel episodio y sonreía sintiéndose orgullosa de haber ayudado tanto al pequeño reptil como a su familia.

Y así termina esta historia llena de aventura y enseñanzas sobre el respeto por todas las criaturas del mundo natural. Porque aunque las sorpresas puedan asustarnos inicialmente, siempre hay maneras amables y seguras para resolver cualquier situación inesperada.

FIN.

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